Maldita realidad.

¿Cuánta es la madurez necesaria para saber que decisión tomar en cada momento?
Sin dudas, sin relexionar antes de ello.
y mientras tanto, seguiré aquí, pensando, sin arriesgarme.
¿Dónde quedó mi impulsividad de antes?

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Le miré a los ojos después de que él lo hiciera varias veces antes, sólo que mi mirada era distinta a la suya, era seria, le estaba estudiando. Eran unos ojos preciosos, parecían dos esmeraldas arrancadas de alguna mina, mas eso no era exactamente lo que pensaba en ese mísero instante.
¿Por qué, después de todo lo vivido, anhelado y pasado, no sentía absolutamente nada por él?
¿Por qué él podría arrancar montañas sólo para estar un segundo conmigo, y yo no?
¿Por qué no podía amarle de la forma que él lo hacía?

Sabía lo que tenía que hacer, no era nada nuevo, pero tan sólo la remota idea de poder hacerle tanto daño como me lo hicieron a mí en su día me producía nauseas.
Yo no era como él, ese engendro de la naturaleza, el demonio encarnado en un humano.
Aquel bicho, del que me enamoré perdidamente, y por el único que he sufrido notablemente.
Tan sólo su recuerdo me quemaba por dentro, sin embargo, era muy diferente al sentimiento anterior, era odio en todo su estado puro. Todo había cambiado, hasta lo que creí imposible, hasta aquel sentimiento de amor que en su día me mataba...ahora era yo la que podría matarle a él.

Volví a mirarle y supe lo que debía hacer, ya no había ninguna duda, mas ese paso desencadenaría muchos cambios, perdería a más gente de lo normal...
¿Cómo puedo ser así de egoista?






~~ No querer ver la realidad no hará que desaparezca ~~