Vivir sin sentir sería un sin sentido

"Sé el cambio que quieres ver en el mundo"


Pequeñas pinceladas literarias de rápido consumo


martes, 21 de febrero de 2012

My other self

El miedo se percibía, se sentía. En todos los estragos de luz lúgubres que arropaba la estancia, en todas las miradas apagadas y consumidas que se clavaban en tu pecho, en el hedor a muerte y putrefacción que emanaba el viento. Estaba atrapado, y sabía con certeza que me sería muy complicado escapar de una situación como aquella. Entonces entró.

Supe que algo se acercaba antes de poder vislumbrarlo con mis propios ojos. Su esencia mortífera y letal podría abrumar hasta al más despistado de los mortales, además de que el hedor crecía a medida que los pasos se acercaban más a la puerta de este angosto lugar.

El pulso se me aceleró y gotas de sudor frío empezaron a descender por mi frente. Tenía constancia de que este era mi final, era demasiado evidente, aunque sucumbir ante la esperanza es demasiado fácil, pero siempre lo he visto como una pérdida de tiempo, lo cual no iba a cambiar en este instante. La puerta se abrió y la sombra se abalanzó sobre mi semblante. Fue tal la rapidez de los hechos que no pude percibir con exactitud como era mi asesino, lo único que recuerdo son unos ojos abrasadores, rebosando odio y fuego. Recuerdo que clavó su pupila en la mía, y que pensé en lo familiar que me resultaban aquellos ojos. Pero, lo que sin duda, no olvidaré jamás, fue lo que me dijo antes de acabar con mi pobre existencia.

"Yo soy tú, ¿Recuerdas?"



- No se debe tener miedo a la muerte, si no a no haber empezado a vivir.