Vivir sin sentir sería un sin sentido

"Sé el cambio que quieres ver en el mundo"


Pequeñas pinceladas literarias de rápido consumo


miércoles, 27 de enero de 2016

Silencios

Hay silencios más espeluznantes
más visibles y tenebrosos
más vociferantes
que gritos.

Hay silencios que dicen más
que cuentan libros´
Hay hechizos en la risa
más palabras en los silencios
que en los gritos.

Sabiendo esto puedo escucharte
descubriendo la madreselva
con un perfume que no es el tuyo
para olvidarte
dibujando siluetas
con tal de no mirarte en el espejo
cerrando los ojos
para imaginar que eres otra
guardándote dentro
todos los fantasmas que ahogan
para no aceptar
que no hay nada más que tú
y tu sombra.

Pero los silencios nos engañan más
que gritos, versos
y las estrofas.

sábado, 23 de enero de 2016

Que no decaiga la vida

Escapemos
de las raíces del hastío,
de los alambres de una certidumbre errática, fija;
e inamovible.
Vamos a huir de flores y sueños
atrapados en imágenes y olvidos,
en la memoria que se alimenta del anhelo
y la desesperanza.
Que no cunda el pánico,
y el desaliento;
estamos aquí,
con dos manos llenas de rajas,
y dos ojos llenos de espíritus,
y dos lágrimas llenas de fuerza;
para vencer la muerte gris
que acecha en los acertijos,
que abandonamos en la pesadumbre.
Que no decaiga el humor
ni gane el pesar
observando el crepúsculo.
estamos llenos de vida
y sólo miramos el caer de la hoja;
estamos llenos de vida
que no la conquiste la sombra.

martes, 19 de enero de 2016

El mundo de una pestaña

He roto la promesa
que le hice a tus labios
de no romperme cuando no me tocasen.
Lo siento,
No me dan igual esas manos
que se unen (¿las ves?);
las nuestras,
que se otorgan esa calidez
a tan solo un palmo.
Perdóname, me hundo;
pero ese roce que para ti es caricia
para mí es un mundo.

lunes, 18 de enero de 2016

Pájaro de metal

Me besaste y yo quería volar,
alzar el vuelo;
donde las palabras no han sabido tocar.
Y desperté,  ´
mirándome las alas rojizas,
aún llenas de tus vástagos sueños.

Me besaste y yo creí 
que a pellizcos conseguiría 
la chispa que arde,
las cosquillas de mirar adelante
y no sentir la necesidad de mirar hacia atrás,
la electricidad de nuestros pulgares
al rozarse.

Me besaste y yo soñé
que volaba por el cielo,
pero al despertar
me sentí sólida y concreta,
con la serenidad de la desgana; 
me vi las alas aún inertes
de herrumbroso metal.



sábado, 16 de enero de 2016

A tus manos

Toda palabra que de mi boca se teje,
a ti llega en forma de gracia difusa,
de aliento exhausto
o sin aliento vivaz
y cálido,
para morir yo detrás de su estela
y regalarte la tinta de mis vísceras,
y la sangre que me queda.

No dudes encanto,
que hasta la palabra más apacible
y la coma más pausada,
desploman ambas su peso
despacio,
para verme en ti desplomada.

viernes, 15 de enero de 2016

Me pregunto

Me pregunto si a ti las noches también te gritan mi nombre hasta dejarte sordo. Si te despiertas sudoroso y ya no sabes si son lágrimas o vestigio de mi perfume. Si probar bocado es una excusa para imaginar mi sabor.
Me pregunto si a ti las pesadillas también te recogen en cada sombra. Si te aceleras al cruzar una esquina, por si me hallo detrás dispuesta a rozar tus manos y tu locura. Si inundarías el mundo a plegarias por un martillo en la sien, antes que un sólo recuerdo más te azotase en los crepúsculos.
Me pregunto si las risas no te parecen murmullos, y si los suspiros no te suenan a voces lejanas y distantes al cuerpo. Si no sientes que tu mirar se encuentra lejos, volando por unos caminos que sospechas hace tiempo recorriste. A veces me gustaría pensar que también besas esperando oír tu nombre de mi boca.
Me pregunto si también cierras los ojos para verme. Si la música no te parece lo suficientemente intensa si no te araña la espalda como yo lo hacía. Si las playas ahora sí que te parecen desiertas y podridas. Si recorres la tierra mojada lloviendo por si son mis lunares. Si el diablo no se burla de que te falte medio corazón, y la otra mitad no sepas donde se aguarda.
Me pregunto si tú también relees mis cartas sollozando, por encontrarme entre las curvas de las letras. Si esas cartas eran de verdad, al fin y al cabo. Si las letras te parecen falsas e ingenuas si no las pronuncian mis labios. Si sientes que vives porque puede que en algún instante vuelvas a verme cerrar los párpados y besar a la luna. Si el arte sólo lo aprecias cuando se esfuma, porque te recuerda a mis manos desapareciendo entre la bruma del adiós.
Me pregunto si pasear por la existencia también te resulta algo errático y vacío. Imprevisible, sin rumbo fijo o rumbo, que yerra a la deriva (si es que yerra). Como si faltase algo, o sobrase demasiado.

Solo me pregunto si en alguna ocasión
me sentiste tanto,
que no pudiste despegarme de tus olvidos;
ni de tus pisadas,
ni de tus manos.



miércoles, 13 de enero de 2016

La luz vestida

Se fue como el viento torrencial que trajo a mi vera
a llorar a las nubes,
y limpiar las calles,
que de trozos nuestros pintaban las aceras
y las hacían un poco más lúcidas,
intensas,
y verdaderas.

Pero se fue como las luciérnagas de sus pasos,
fugaz,
como el empuje de sus brazos a mis esquelas,
su forma de romper la rutina,
y los esquemas.
Tan bruto era su camino,
que al andar te arañaban sus grietas
y te susurraban sus huídas,
sus silencios,
sus barreras.

Hay senderos demasiado angostos,
pero el tuyo tenía esa mezcla letal;
esa azarosa manera
de combinar
la luz de la utopía,
con el viento de la escasez
y la brevedad.

Hay sombras llenas de monstruos,
hiel llena de gritos;
pero las hay que son blancas y pulcras
y se visten del negro de los miedos,
y el frío las dudas.

martes, 12 de enero de 2016

Nada más

Y cuántas cenas de navidad, cuánto oro pagado en roces, cuántas labios habrán sellado tus párpados.
Cuántos infinitos habrás probado, y vellos y suspiros te habrán regalado. Cuántas tierras de nadie habrás llegado a conquistar.
Cuántos sueños arropados.
Y mientras yo aquí jugando al juego del azar, perdiendo más copas que no me quedan, y más trajes para desvestirme en tus rincones.
Y juro que no es la primera vez que cerrar los ojos me hace vislumbrar el camino (que casualmente sigue el trazo de ese rizo rebelde que cae en el abismo entre tus ojos), pero tu fuerza se ríe del olvido mientras no sólo despoja mis harapos, sino mis pesadillas.
Y ha habido otros sentidos dulces y desiguales, tartas con guinda de regalo y paseos de madrugada para conquistar los parques (y darle envidia a las estrellas); pero cómo se derriten ante la ternura de lo nuevo, y cómo borran el cielo para dibujar conmigo (y contigo) una nueva estela de galaxias.

Y mientras yo, sin pausa para recordar el recuerdo, beber de lo prohibido; me encuentro con tus manos usadas y con planetas que desconozco entre tus dientes.
Y comprendo que ni tus ojos se retuercen por bañar mi silueta, y que si lo hicieran, sería completamente reemplazable.
Y entonces te vuelvo a sentir, y se me rompen los esquemas. Y detrás me rompo yo.

Punto

Era en ese punto donde se concentraba todo el camino a seguir, tan escondido durante innumerables años. La verdad, inmutable, de nubes rojizas; bañando el cielo del fuego de los artistas. Tiras blancas de lágrimas empedernidas, perdidas entre el azar y la botella de anís. Era el punto del comienzo, explosivo e ilusoriamente embriagador; como si el sentido de tantos desconocidos, de tantos poemas (y poetas) y tantas letras despojadas, tantas garras arrancadas y acongojadas ante la servidumbre de la ignorancia; se redujesen al infinito que reside en el espacio y tiempo nulos. El Aleph, tal vez, mi querido Borges, que presume y coquetea conmigo enseñándome a volar.
O tal vez tampoco sea mi (la) dirección. Tal vez es el alcohol agonizante de la incertidumbre.

sábado, 9 de enero de 2016

Tan cerca, tan profundo, tan lejos

Sé que estás aquí dentro,
muy hondo,
profundo.
Como el artista que se sienta en el ultimo vagón,
como correr a la deriva del tiempo;
tan profundo como hielo que se deshace,
como mi sueño en el café
y en tus recuerdos.

Estás aquí,
muy hondo,
lejos.
Como el camino que me lleva a mis pies,
como las vueltas del mundo cuando no me veo;
tan lejos como la inocencia,
como la lujuria sin tu perfume
y el cielo si no te encuentro.

Estás aquí,
muy hondo,
muy cerca.
Como tus labios en mis febriles sueños,
en el edredón sin lavar;
tan cerca que puedo olerte en las esquinas,
en la espera que se oculta en los silencios
y las palabras de mis versos.

Estás allí, acongojado;
sirviendo de pasto y vulgo a mi desesperanza,
calzando unas botas de olvido
que no pegan con el traje de diablo.
Estás aquí como un sueño,
como el abstracto sonido de mi corazón
siempre latiendo,
como esa no existencia que siempre te peinaba
y te hacía su dueño;
siempre tan cerca, tan profundo,
tan lejos.




No mueres

Qué fue de aquella playa,
de esos mares ceniza
que susurraban tu nombre sin escrúpulos,
que corriendo por los mares
nos mecían.

Qué fue de ese pelo
que despeinado subía por mi cintura,
de tus ojos ámbar expectantes
llenos siempre de sabiduría;
de tus lunares.

Qué fue de las promesas
que arrancamos de las nubes,
de nuestros dedos como nudos,
y nuestras manos como armas
o escudos.

Qué fue de la mentira que se posaba
en tu cuerpo de luz sombría
cuando se estremecía con mi carne,
mientras gritaba que vivir
no sabías.

No murieron aquellas líneas difusas
en mi espalda de mariposa,
ni tus tristes dedos feroces
buscando almas y espejos.

No mueren los castillos desnudados,
las chozas de luciérnagas;
ni el arte que se desbordaba
en cada palabra y cada verso.

No morirán mientras pueda
erguirte en la mañana que despierta,
y en la memoria que me persigue
y me endereza.

No morirán mientras al cerrar los ojos
sueñe con tus párpados secos,
las sinuosas entradas
que tus manantiales hacían
entre los surcos y mis huecos.

No mueres en mis cortinas
ni cuando me desvisten,
no mueres y aun no sé
si te hice existir,
o exististe.

sábado, 2 de enero de 2016

Lento

Quiero que todo ocurra lento,
muy lento.
Y cogerte de la mano arañando la locura
como si corriendo fuese hacia las brasas.
Abrazar el fuego, beber del veneno;
como si la muerte me diese el aliento,
como si del desaliento chispara la vida,
y fueras el dolor más erótico
y más necesario.

Quiero hacértelo muy lento,
y pellizcarte los labios
con los míos;
y sellarte, mientras, las mejillas,
que mis manos aparezcan a tu lado
y a mi lado tu risa,
tu pelo salvaje
escapando de mis cosquillas.

No cambiaré las sábanas,
no cerraré las cortinas;
aún tengo impregnado el olor de tus ansias,
tus miedos tatuados,
mi fuego, tus semillas.