Vivir sin sentir sería un sin sentido

"Sé el cambio que quieres ver en el mundo"


Pequeñas pinceladas literarias de rápido consumo


miércoles, 27 de noviembre de 2013

Where am I?

Mi vida siempre se basará en un perpetuo perderme y encontrarme. Mis pasos siempre se aventuran por intrépidos caminos, tan largos que hasta que no veo el final no consigo ubicarme. El final de la escalera es resbaladizo y escurridizo, y mi torpeza me hace descender unos cuantos peldaños al alcanzarlo. El lugar donde habito se encuentra entre la duda y la certeza, barca vacía que arrastra un porvenir tan oscuro como luminoso.

domingo, 17 de noviembre de 2013

Grita

Es una caricia tan suave que casi parece irreal. Incluso incorpórea. Ideal, alejada de mi alcance. Pero es auténtica, y la siento. En mi corazón, en mis entrañas, recorriendo mi sangre y los poros de mi piel. Y lo más inverosímil es que no hay motivo, como ocurren con todo lo que acaba siendo importante. Ahora vislumbro las luces de las calle, iluminando la oscuridad y negrura que acecha en la noche, disipando el miedo irracional que se regocija en las almas que intentan descansar. Me parecen puntos de inflexión, cambios en la realidad, que necesita y requiere de movimiento de nuevo porque sigue sin poder encontrarse a si misma. Lucha y corre, dibuja rizos perfectos, y los denota de una magia y un brillo que los vuelve soportables. En cambio, sabes que todo aquello es mentira, que quién no conoce algo más que estar perdida eres tú misma, y que las embriagadoras luces solo anuncian un nuevo rumbo que debes acoger.
Eres consciente, y sabes que merece la pena.
Ahora la caricia es un grito. Un grito eléctrico que sacude todas las partes de mi cuerpo. Y me chilla que sople, que vuelva a ser ese viento que apaga el fuego y hace desaparecer la arena y los cristales incrustados en mi ilusión. Vuelve a vivir, me susurra. Y hace tiempo que no me apetecía tanto.

sábado, 2 de noviembre de 2013

Doble dirección de las palabras

A mí ya me da igual que en el mundo humano solo triunfe el que sepa moverse y relacionarse. No me importa que el creador sea ignorado, ni si quiera que no se observe y que se mire sin ver. Me es irrelevante que las opciones sean escasas, que la única manera de crecer sea con agua envenenada por la injusticia y el egoísmo, y que la lluvia no limpie la negrura porque no sepamos soltar la mugre. Mi indiferencia llega hasta el individuo incomprendido y sin valor frente a una multitud que no se aclara, hasta la poesía descarrillada y rota sin soluciones, incluso hasta la cura de humildad y de autoestima que a veces, en ocasiones distintas, necesito para avanzar en el camino sin pegar demasiados saltos.
Al menos, racionalmente me da igual. Solo falta que emocionalmente tampoco me afecte.