las notas de tu voz en mi interior,
el despertar de la magia
que ya no sé si emana de mi,
o de tu viva gracia.
No es amor lo que leí,
lo que me hicieron creer;
el ayer se torna lejano, confuso,
ahora sé que no tengo elección,
no me rendiré sin tener
los pájaros de tu cabeza
en mi corazón,
no me rendiré sin sentir
que pude verte una vez más,
y quitarme los velos,
y quedarme sin respiración.
Dicen que la música pertenece
a quien la lleva en la sangre,
en las venas;
yo digo que mis manos
solo saben tocar la melodía
que llevas en los ojos
y cantas con los labios.