Vivir sin sentir sería un sin sentido

"Sé el cambio que quieres ver en el mundo"


Pequeñas pinceladas literarias de rápido consumo


lunes, 29 de diciembre de 2014

Levantarse no es igual a estar quieto.

Y dicen que el tiempo viaja lentamente, profuso ante una vida que se va consumiendo a su paso, que se apaga cuando deja su aroma atrás. Y se siente culpable cuando al alzar sus brazos al cielo, las flores se marchitan grises, y su dulce melodía se para cuando él ni si quiera es capaz de derrochar la fuerza en darles cuerda. A menudo la risa irónica inunda sus párpados de lágrimas sarcásticas, ¿Cómo soportar la arrogancia de unos ojos que no saben ver? ¿Cómo admirar la fuerza de unos brazos que nunca han necesitado luchar? ¿Cómo romperse, cómo si quiera comprender que alguien pudiera convertirse en polvo, en una montaña de trozos desmembrados, en la oscuridad que sólo otorga la desesperanza; cuando nunca se ha sufrido?
La fuerza no puede ser inherente, no debe ser connatural. La valía debe adquirirse, y no hay nada de una belleza tan singular como aquel que resurge de la debilidad, que siendo apedreado por la vereda que vamos dejando atrás a cada paso, se alza prominente y triunfante ante un futuro incierto.
Y la ironía de los ojos del tiempo no era infundada, pues no había nada tan paradójico como ser virtuoso cuando no se ha necesitado serlo; ser estable, estar entero, cuando nunca nada ha desequilibrado la balanza. Que si la vida es pedregoso camino, seamos escudo.
Viento, tú sé mi escudo, yo seré seno de lágrimas.

viernes, 19 de diciembre de 2014

Como las golondrinas de Juan Ramón

Volverá la serena orilla al seno de la mar revuelta,
volverá el tiempo a atraparse en mi reloj de arena,
Que en su cauce nada salva y todo amedrenta.
Volverá el sentirse ajena a mi propio cuerpo;
A sentir el vuelo, a sentir el viento,
A sentir cómo se forma el camino entre tu pelo.

Volveré a ver en la nube el rostro del olvido,
mientras me salpica de rocío,
mientras me mojan sus gotas de vacío.
Está llorando el cielo, solloza,
Y sabe al ensueño de unos sueños desmembrados,
A relámpagos lejanos,
A la rotura irrompible de la comisura de tus labios.

Sólo pediría que no me regalases tu mirada,
Que tu pupila (azul) no rozara los límites de mi ausente cordura
que no es otra que este alma errante que me acompaña,
que me apacigua y me araña;
al sentir la ida mientras aún no has dado la vuelta,
entre las lagañas de tus pestañas.

Volverán las golondrinas a la estación anhelada,
pero habrán de sufrir el dolor y desaliento de sus alas rasgadas.

domingo, 14 de diciembre de 2014

Hasta próximo aviso.

No sólo pesan los párpados. No sólo bajan las lágrimas por las mejillas.
Hoy el cielo parece de plomo,
hoy las heridas caen sobren los hombros.
La vida se extingue, succionada por el paso del tiempo gris que envuelve tu ausencia.
La llamo a gritos, aunque mi voz me ha abandonado,
Creo que de alguna forma me he abandonado.

Hoy la vida no brilla, no se regocija de belleza en sí misma.
Hoy la vida parece adulta.
Y tal vez no la esté llamando, creo que me estoy llamando a mí.
Es mi ausencia la que me martillea,
la que me hace sentir una extraña,
Aún en mis propias entrañas.
Que ya es decir.

A mí lo único que me ha salvado ha sido desconocerme.
Pero ya no estoy segura,
¿Me salva porque me impulsa,
o porque me pierde?
Qué bosque tan profundo, qué poco me sorprende.
Y si no hay sorpresa, es que te encuentras en la muerte.

Hoy sólo necesito un beso,
llama refulgente que nunca se agota.
Aunque los únicos labios que pueden tenderme una mano,
los únicos capaces de soltarme de las cadenas,
de hacerme volar el cielo y ser amiga del viento,
de remendar cada uno de los rasguños de mis propias uñas;
son los míos.

jueves, 11 de diciembre de 2014

1,2,3...ahora, respira.

Hay días que algunos respiramos, otros buceamos en el aire, como humanos fuera del cielo. Hay días que son días, sin más, sin otra definición. Días en los que hay que morir para seguir viviendo, en los que te mutilarías para seguir apreciando al día siguiente aquellos ácidos y refrescantes matices que te impulsan. Días de invierno cálidos, nieve gélida y enredada en un mediodía de agosto. Días en los que la añoranza reina y cubre tu cúpula de cristal, en los que tus rizos limpian las lágrimas de mis recuerdos, sin comprender que ellos son la causa de tal torrente de suspiros.
Y, asombrosamente, hay días que, a pesar de que todo lo anterior se una y entrelace sus brazos en un revuelto demasiado heterogéneo; de repente consigues ver. Y miras, y todo cobra especial atención. Y el parche que cubre tus pupilas se desvanece; y tus pestañas invitan a tus ojeras a alzarse triunfantes, a permitir a tus ojos mirar. Mirarte.
Y allí se encontraba el mundo. Singular, delicado y fuerte. Bello. Tal vez inalcanzable, pero en cambio él no deja de envolverte con una sonrisa imperceptible a los sentidos. Al menos a los corpóreos (¿Quién no ha sentido que el alma se escapa entre simples palabras, que la vida se guarda y se alimenta detrás de la poesía?).
Hay días que, sencillamente, son algo más que días. O eso quiero creer.

jueves, 27 de noviembre de 2014

Día de vigilia, tal vez de jazz.

Podría aclararte todas las dudas que mi semblante produce, que mi risa ronca y mis lágrimas amables hacen resurgir en tu alma. Tal vez podría contarte que todo es un poco absurdo, y que incluso la más nimia sensación de ahogo o de liberación (¡O cualquier sensación sin más!) se vuelven regocijantes ante unos pensamientos convulsos sobre ellas mismas. Porque todo es muy neutro, porque todo sigue su trance, su pedregoso curso.
El vaivén resulta curioso aún cuando no es razonable. Es en ese límite en el que el ensueño se torna en una realidad tangible y definible. Curiosa nuestra mente, ¿Cómo lo que nos otorga la capacidad para asombrarnos ante lo más sencillo puede aguardar ese profundo amargor en la lengua a hastío?
Sorpresa, ¿Dónde estarás escondida? ¿Tan difícil es abrazar sin demora al pensamiento, a la lógica?
Y al final tenía, paradójicamente, sentido. Si la vida eran instantes, ¿por qué la emoción de la razón no iba a ser, también, efímera?

lunes, 17 de noviembre de 2014

Al amor.

Y volvemos a cruzar nuestras miradas entre un gentío vacío que no escucha, y no puedo más que susurrarme que la realidad se deforma para llevarme siempre al punto en el que te encuentras. Pero te acabarás marchando, clamando una libertad que tu propio nombre rechaza; que por buscarla olvidas que tu necesidad es arropar los corazones de las almas quebradas que vagan en la tierra.

Tú, amor, sombra de lo absurdo; aquí estás otra vez, remendando mis retazos con una tela de ensueño. Y aunque haya de pagar con esos inquietos pinchazos sin pausa, con esa aguja que sutilmente bebe de mi sangre (o de mi ponzoña cuando no estás); el sentido vuelve cuando me siento arropar con tu manto de tela de araña, que tejes con ese cariño que es casi tan fuerte como efímero.

Y sería ilógico recordarte cómo se conforma tu esencia, como escapas del mundo acongojada de miedo; asustadiza y quebradiza como una mentira en la conciencia. Cómo resultas tan enérgica, cómo marcas a fuego lento para que jamás se pierda tu magia. Y es que en eso te basas, en el miedo al olvido, en el miedo al miedo, en el miedo a desaparecer, a que el recuerdo se desvanezca como una pútrida mota de polvo; pero no comprendes que eso nunca podría suceder, que mientras el mundo exista, tu espíritu viajará errante por nuestros más recónditos corazones; que vendrás, que escaparás, que lloraremos tu pérdida casi tanto como sufrimos a veces tu presencia, pero no hay una existencia válida en la que tus lágrimas no calmen la sed de nuestro desesperado interior.

Pero en el fondo sabes que no puedes ser de otra forma, que tus ágiles pasos se adhieren a tu alma sin piedad suscrita en la fría piedra de su ser. Que la condena de ser tan imponente, tan arrebatadoramente cálida y enfermizamente necesaria; es ser tan aleatoria y caótica como tu propia naturaleza (y la del mundo) lo traduce en su risa maliciosa. Y no es malo, para ello existimos los perdidos (y los locos) que sonríen a ésta nada en un burdo intento de volver a vislumbrar tu mirada. Y a veces lo conseguimos.

martes, 4 de noviembre de 2014

Enredadera

¿Sabéis esta sensación de sentir por nada en concreto, por la magia de sentir? ¿El revivir de un interior adormecido? ¿Sin razón, sin esperar nada a cambio? Un respiro, una esperanza por algo irracional, una pasión más allá de leyes metafísicas.
Y cuentan que al relajar la musculatura, una fuente insaciable de luz cosquillea tus pies, y asciende rápidamente hasta el abdomen. Juguetea, ríe, brilla. Sana heridas, nutre, drena la ponzoña. Y de repente se adhiere a tu entramado de dudas; las ordena, las elimina, les resta importancia. Y sonríes, y te la devuelve, cálida y risueña como sólo en un sueño se puede rememorar.
A veces dicen que la vida viaja a su lado, que sólo somos capaces de valorarla cuando su prominente cintura advertimos en la lejanía. A veces, dicen que simplemente la vida es su pelo, que nos enseña a volar en pos del viento; que nos obliga a olvidar su existencia para comenzar a palparla con nuestros exquisitos sentidos.

viernes, 24 de octubre de 2014

Have you danced today?

Amaba, y también comprendía. Amaba, de hecho, porque era comprendida. Y en su inmenso conjunto de miradas encendidas, de fuego abrasando y avivando la incertidumbre creciente y cegadora; ya el miedo se disipaba en las cenizas. Porque el dolor compartido se reduce, porque es lo único cuya pequeñez nos hace grandes, nos vuelve fuertes. Porque un vals no puede bailarse sin una mano que te sujete y te atraiga hacia sí.

Moving on

Eso no podía ser escribir. Escribir era mirar al cielo y ver suspiros, oler atardeceres; mientras lo plasmas con toda la emoción que se adentra en tu espíritu hambriento. Escribir era buscar comprensión; era andar entre tumultos en la acera y pedir ayuda sordamente, con un sonido único e irrepetible: el significado. Escribir es llorar y reír, es sentir que las grietas del suelo se clavan en tus zapatos por algún motivo, respirar el sentido que purifica el aire, que no es otro que el transcribir la emoción. Darle un toque de subjetividad al entorno; tintarlo de sonrisas torcidas que son alegres, de relámpagos apagados que relajan, de lágrimas ávidas de deseo, de desesperanza e ilusión fundidas. Escribir es filosofía, es criticar. Escribir es, al final, vida. Escribir es escribirte.

jueves, 9 de octubre de 2014

Instinto.

El punto de luz se desvanecía entre murmullos que no querían, que no debían ser escuchados. El fuego se consumía entre el ruido de los recuerdos golpeando la nimia esfera cristalizada que era mi hogar. Mi refugio, mi soporte, mi caballo de Troya. Mi enredadera de pana, mi licor aullante, mi puñal de rosas.
Todo queda englobado en el círculo. Se aleja por las calles, camina rápido y tenso entre el redil de colillas mutiladas, entre suspiros de mar ahogados en cascadas de lágrimas. Sus gritos eran veneno, eran la mutilación de la esperanza, el revivir del absurdo estar sin estar.
No te has marchado, aún puedo seguirte el rastro de pisadas sin destino. No has desaparecido, y ya te echo en falta.

martes, 16 de septiembre de 2014

Qué.

Esa lágrima traviesa que engendra un nuevo día, un nuevo horizonte. Ese estar en una nube criofijada, en una sonrisa disimulada, en una mirada que revuelve las mejillas. Ese vaso de agua fría que cae como en un ensueño, en el cabello, en la rotura de unos sueños ya marchitos. Ese impulso que la tierra nos otorga, ese caminar que el sol ilumina con la envergadura y la sencillez de una caricia, la brisa que alberga un otoño voraz.
Ese sentir tan insano, tan vivo, tan penetrante, tan doloroso. Tan añorado.

sábado, 6 de septiembre de 2014

Balanza

Y todo parecía perecer. Y el corcel se despegaba de mi, se debilitaba su pegamento en mi piel; agitaba sus alas, escapaba de su mullido nido, del corazón que se agrietaba ignorando las manecillas del reloj. Y los segundos seguían trascurriendo, y él ya se había alejado, ya se encontraba entre tus brazos, entre tus ropajes raídos, entre tus vigorosos abrazos de amargura.
Y tu mirada era un espejo. Éramos vacío, éramos oscuridad, éramos noche sin luna, lamentos de muerte prematura.
Y me sorprendió tu leve asentimiento, tu sutil forma de abandonar mi suave Pegaso. Tu vista lo fijaba, pero tu mente lo aniquilaba sin piedad alguna, sin demora.
Y por alguna extraña razón, el halo de tu alma, de tu especial y propio corcel; me alumbró la entereza, arropó mis harapos restantes. Y supe. Supe que el intercambio equivalente existía, y que residía en nuestros escondites más sinuosos. Y supe que me alumbrarías, que tu Pegaso personal me haría llegar esa fuente insaciable de calidez que a veces resulta casi inverosímil, y que me harías volar hacia lugares que nunca fuesen inhóspitos. Aquellos en los que te encontraras.

jueves, 28 de agosto de 2014

Dime quién eres.

He estado perdida. Despojada de mí misma. Arrancada de mis vicios, de mi esencia incandescente, de mi interna furia arrasadora. He roto el velo turbio, he conseguido evaporar las lágrimas empantanadas, fundir los espejismos refulgentes.
La cueva era fría. Sus rugidos ensordecedores se revolvían divertidos en los oídos, sus piedras angulares y rugosas se clavaban en las vísceras más delicadas. Pero lo que más dolor, lo que más hunde en la miseria más tangible, era que la cueva era fría... y solitaria. Y en ese trance de extraña enajenación, de sombríos y hábiles pinchazos; una vieja fuerza vital vuelve a dejar hueco, a acomodarse en mis mullidas ideas, a resurgir como ave Fénix con sus llameantes alas de fuego.
Es la inseguridad un tortuoso vaivén, es la desconfianza un amargo llanto; un regusto a agridulce que se instala punzante en la nuca. Es el no creer, no ver, no palpar, no conocer, no conocerte. No saber qué es, que será, qué ha sido; quién eres, quién has dejado de ser. ¿Te mostraste acongojada tal y como escribe la profundidad de tu alma? ¿Cambiaste? ¿Era lo anterior una ensoñación idílica, una mentira en las garras de mi ilusoria desesperanza?
Pero son la fuerza y el derrotismo dos seres en continua guerra, al igual que nosotros no sólo somos lo que surge y florece de nuestras semillas; sino también somos regadera, somos el tinte de la flor, somos deseo y cambio. Que la flor está predeterminada, pero que el color puede variar, la orientación es relativa, y nosotros solos debemos asumir la voluntad de acabar como realmente nos queremos encontrar. Como somos de verdad. ¿Nos atrevemos a mirarnos al espejo?

domingo, 3 de agosto de 2014

-

Y al levantar la mirada vi la muerte tatuada en su alma, escondida en una de las esquinas de frágil marfil que conformaban su espíritu. 

(probable pensamiento de aquel que me vea leyendo a Relimpio Astolfi)

lunes, 28 de julio de 2014

Y no se me olvida que no puedo olvidarte

De alguna forma, los chopos tímidos del parque bajo tu casa han perdido el color, y al mismo tiempo son tan rojos como si la sangre recorriese sus venas inexistentes. Desde hace un tiempo que no me aventuro a medir, el olor de los libros viejos que recorren nuestras manos y nuestra súbita ilusión se hace más palpable, más embriagador, más soñador; y luego se tuerce en el abismo de la indiferencia, en el más neutro vacío. Tú; ser de lluvia, amado de los amantes más exigentes, representación más ferviente de lo perturbador, nuevo y violento hedonismo. Tú, anhelo creciente, rey de los deseos más embriagadores, límite y libertad, principio y fin de mi revoltoso y travieso corazón. ¿Qué ocurriría si alguna vez lograras comprender cómo soy capaz de alimentar mi juguetón y despierto espíritu, y sumirme en la más onda y trágica desesperanza con tan solo rozarte? ¿Cómo entender que son tus labios lo único que conserva esa emoción, ese calor, esa fuerza que nos otorga la vida, arrancándole a todo lo que nos rodea su esencia, sus rasgos más tangibles; a la vez que pintan un mundo innovador, lleno de matices singulares, de sensaciones inimaginables, que alimenta mi burda y voraz curiosidad? Tan ilustrado como una flor que se peina con la brisa, tan natural como el trémulo suspiro y la sincera sonrisa al terminar la última hoja de tu cuento favorito. Tú, alma mortífera, alma destructora; creador de los cimientos de mi castillo de cristal; ámame, agárrame, aráñame, succióname el aliento a besos desgarradores. Déjame experimentar el verdadero placer de existir, déjame experimentarte.

viernes, 25 de julio de 2014

Sólo es un extraño y melancólico día más de derrochar.

Observo las luces tenues del crepúsculo, agotando su último instante de vida, resignadas a morir bajo el yugo de la noche. Guardo la imagen en un profundo recoveco de mi mente, y sólo con el recuerdo es con lo que te escribo. Porque el recuerdo a veces es más tangible, a veces parece que somos más conscientes, que aceptamos mejor la llegada de la memoria que la percepción instantánea de un momento determinado. Y es con la imagen en mi entereza, su mutabilidad en lo más interno de mi creatividad y anhelo, con lo que sangro lo que escribo.
Las luces se apagan, se marchitan. Están escondidas, puedo advertir su grácil y sutil travesura bajo un manto de estrellas que las encierra. Quién sabe si éstas serán precisamente recuerdos inmortalizados de imágenes. Recuerdos, siempre tan brillantes, siempre destacando; alumbrando la ceguera en la que nos sume el desamparo de la oscuridad.

domingo, 29 de junio de 2014

Prioridades

"No sabes vivir" me achacan, atacando a mi espíritu hambriento. "No conoces las reglas de la vida, no triunfarás" afirman, mientras desgastan su existencia entre nimias lágrimas e insulsas contrariedades. ¿Cómo osáis, como si quiera pretendéis, decirme tal sarta de absurdas ideas, cuando ya no sabéis, no recordáis, apreciar el nacimiento de una tímida flor, o el atardecer más ensoñador? Vagar por el mundo es la acción más sencilla que hace todo más complejo, más sombrío. Vivir es algo mucho más completo, más extasiante, más imponente y trascendente. Y aquí por escrito, y con mi sangre como garante, prometo intentar recordar esto a lo largo de todo mi tiempo vital que pueda apreciar.

martes, 24 de junio de 2014

¿La libertad como arma esperanzadora? Como método para reflexionar, sin duda.

La libertad es curiosa. La idea del suicidio es necesaria para preservar nuestra libertad;  para asegurarnos de que, en nuestra condición de seres libres, podemos acabar cuando queramos con nuestra vida. Esa libertad, en cambio, nos da fuerza para seguir viviendo; necesitamos sentir ese libertinaje para continuar caminando. Pero, ¿Por qué esa necesidad de libertad? Si fuésemos más estrictos, podríamos aceptar que sólo nos suicidaríamos si nuestras circunstancias fuesen lo suficientemente dolorosas para no ser soportables, y por tanto dependemos de nuestro ambiente, restringiendo tal afirmación nuestro deseo de libertad. Si nos suicidáramos para demostrar que somos libres, dependemos de esa "idea de libertad". ¿Tal vez lo que coarte la libertad sea el objetivo, la causa, el hacer algo “para” o “por”? ¿Cómo hacer algo neutro? ¿Suicidarse porque sí? ¿No se requiere para eso la ausencia de razón, de conciencia? ¿Somos capaces de usar la conciencia para algo neutro? Cuando algo se adhiere a nuestro entramado de conexiones, a nuestra estructura mental; definitivamente deja de ser neutro;  porque sólo razonaríamos algo, sólo invertiríamos nuestro tiempo en algo de valor para nosotros, por muy nimio que fuese.

Tal vez esa necesidad de libertad tenga su causa en la búsqueda de una nueva forma de vivir que no conlleve vacío y desazón. No podemos vivir sin condicionantes, para poder gozar de ciertas libertades debemos restringir otras. El mero hecho de estar viviendo supone una subordinación al cambio continuo de la vida, a la adaptación y superación de obstáculos. ¿No será que buscamos una nueva forma de existir (sin condiciones) porque sentimos que es la solución a nuestros problemas más internos? ¿Si no hemos encontrado esa irrevocable felicidad en un mundo como este, por qué no en uno completamente distinto? ¿No es la libertad una esperanza?


Si llegáramos a conocerlo todo, y a solucionarlo todo; ese se volvería el mayor de nuestros obstáculos. Necesitamos arreglar. Necesitamos mejorar. Lo estático consume, apaga. 

Parafraseando a Buda.

Yo defiendo el dolor, no el sufrimiento; entendiendo sufrimiento como la disposición a permanecer con una situación desagradable (el dolor es desagradable) sin intentar mejorar, sin intentar evitarlo. El dolor es lícito y necesario siempre y cuando te lleve a valorar aún más la vida. El sufrimiento es el ahogamiento de la fuerza vital, y el arrastrarlo supone el estrangulamiento de la propia emoción, del propio dolor; proporcionando un hastío que consume hasta al más fuerte de los mortales.  


miércoles, 18 de junio de 2014

Cómo te puedo explicar.

Tan mágico y enfermizo, maravilloso y febril, inverosímil y acongojado; como un sentimiento que no necesita ser violento y cegador para tener tales características. Es fuerte e indestructible, de un acero inoxidable que ayuda a ponerle cerrojo a esta cajita de cristal que es tu imperturbable amor. No necesita ser un sanguinario asesino y mutilarme, no requiere de una pasión trémula y tan inhibidora que duele; es único y sencillo con sólo su aparición. Es suave y cálido, mullido como un blanco algodón que las nubes recelasen y envidiasen. Es un encantamiento que acaricia, y por primera vez no necesito ser derrotada, no quiero hundirme en el océano salvaje de mi espíritu. Por primera vez, solo quiero flotar.


martes, 10 de junio de 2014

ínfimo

Conseguiré eliminar el miedo, derretir la incertidumbre. Lograré que os deshagáis de ese infame terror que os apodera, que os impide salvaguardar todos vuestros anhelos reprimidos. ¡No temáis, sombras vagantes, espectros empobrecidos! ¡La verdad sí existe, tranquilizad vuestras almas ordenadas, vuestros espíritus voraces y rebosantes de relaciones! ¡La verdad existe, sólo que es efímera!



domingo, 8 de junio de 2014

Expensive

El mundo se desliza por mi ventanilla bajo la tenue luz de la luna, y parece la ensoñación irreal y bella que me acosa por las noches; en el recoveco más insólito, en el anhelo insaciable de mi alma. Bajo los aciagos suspiros del bullicio, un pájaro emerge entre las tinieblas; grácil, veloz, viaja con el viento mientras se esconde entre las inquietas nubes que se dibujan en la oscuridad, y nunca me pareció ver una criatura tan frágil y, a su vez, libre. Libre de ataduras, libre de castigos, libre de insana y destructora culpabilidad. Libre de moral, de vacío. Libre, en definitiva, de ese arduo y desgastado pensar que convierte la predisposición más viable y creativa, en la profunda caída de nuestro ser, en el desmayo repentino y premeditado del espíritu. Transforma el caminar en un vagar angosto y taciturno, en la lágrima presa de un acorazado de incomprensión que acuchilla casi tanto como ella a sí misma. ¿Creeremos que la actitud contemplativa es contraria al vivir? ¿Si todos contemplamos el transcurso de los hechos, para dejar de quebrantarnos, de fragmentarnos pretendidamente; qué contemplaremos? ¿Nuestros impacientes rostros? ¡Vida, yo te nombro, yo te llamo, yo te anhelo, yo imploro tu presencia!

Could you please let me know what freedom is?

No hay peores cárceles que las palabras, porque proceden del individuo. Sólo somos presos de nosotros mismos.

jueves, 5 de junio de 2014

No sé con certeza qué estoy escribiendo

¿Escuchas el melifluo cantar de su mirada? ¿La dulce y suave melodía que viaja por tus oídos hasta desaparecer acariciando el ocaso? ¡Pero que te calles, escucha! Sólo tienes que oir. ¿Lo sientes? Ese pinchazo, ese pedrusco que rasga, que alimenta, que afila. No corras, no huyas. No es que sea más rápido, es que se encuentra en todas partes. Agazapado se reafirma en el miedo, se oculta en la mirada suplicante que alguna vez lloraste, que alguna vez vomitaste por pura agonía. La notas, se entremezcla entre esa pasión con cerrojo en el olvido, en el recuerdo de aquellos que murieron en este fluir. ¿Pero por qué no percatarse de lo abismal de su entereza? ¿Por qué no atender a cómo apacigua nuestras caricias a la eterna duda? Hoy me acompaña su inocua presencia, su tan desdeñoso pero alarmadamente tranquilizante elixir. ¡Tú, amor, existes porque puedo sentirte! ¡Sin extinguirte, sin concluirte!

lunes, 2 de junio de 2014

Todos somos todo

Y así es como caminamos; dando vueltas, trazando sombras, desgranando dudas que desenvuelven otras más perspicaces, más recónditas pero no por ello más irreales. Y así me sumo en este bucle, en esta nube dueña de mi ser; que me conduce hacia el ocaso, que me guía, me transporta. Dime tú; romántico escondido, modernista agazapado, contemporáneo por convicción; ¿Acaso has podido resolver aquellas preguntas de otros tiempos, de otras generaciones, que tan atrás en el olvido quedaron? ¿Qué es el hombre, idealista acurrucado? ¿Cómo definir la naturaleza, presocrático engañado y oprimido? ¿Es posible que las vayamos arrastrando a cuestas, que nuestras perspectivas no absolutas nos acompañen hasta el fin de nuestros días de incertidumbre? Maraña de pensamientos, cúmulo de esencias y de emociones transcritos a la palabra. Somos caracoles de la existencia, y nuestra casa, nuestro refugio de dudas, cada vez se hace más inmenso. ¿Será, a su vez, más acogedor?

domingo, 25 de mayo de 2014

Firmeza

Sangrar lo que escribo se vuelve una necesidad. Sangrar, mi forma de vivir. Suave mano luminosa, que acaricia mi rostro; que aspira, arrolla, envuelve y succiona cualquier burda angustia. Escribir como método, escribir como guía, escribir como fin. Escribir para rozar la magia, el encantamiento; para viajar por el espectáculo sombrío e hilarante que se pasea por los espasmos de mi sensibilidad. Escribir como causa, escribir como tesón.


Dios de la lluvia apiádate de las bestias y de mí.

Un cubículo. Estrecho, mortífero. Oprime con fuerza desgarradora mi alma incandescente, mi guinda peculiar que eclosiona con un ambiente turbado y denso.
Descanso sobre un olmo viejo. Antiguos aromas, pulidos y refrescantes, se agolpan en mi subconsciente. Me avasallan fervientemente, mi espíritu hierve impecable. Jazmín, fresas, y un toque de lavanda que salvaría del ocaso a cualquier errante perdido en un desierto de emociones.
Habitáculos de bolsillo, besos de despedida, cartas de arena meciéndose en el viento. Descanso sobre un olmo viejo, él no quiere guiarme, él me deja dormir.


sábado, 24 de mayo de 2014

Los extremos se tocan

Seguridad como mejor inversión hacia el futuro. ¡Hay que amarse!
Soy segura, prepotente, arrogante, narcisista, pedante y desagradable. Pero, ¡no estoy ciega! Estar segura no me impide ver mis incapacidades. De hecho, la seguridad y confianza me otorga el valor para superarlas, para ir más allá. ¡Es una inversión de futuro!
¿Por qué una persona inteligente está mejor considerada cuando es humilde, o cuando no es consciente de su capacidad? ¿Acaso su inteligencia, si es que tanta tiene, no le permitiría advertir tanto sus puntos álgidos como los más desdeñosos? ¡La humildad es un cuento! ¿tanta envidia le tenemos a la gente segura, que ni cuenta nos damos de cómo la intentamos eliminar, subyugar ante esa moral impertinente que aplasta sin demora? ¡Fuera etiquetas! Estoy cansada de fingir. ¡Claro que tengo cosas buenas! ¡Claro que tengo cosas malas! pero en esta vida lo único lícito, lo único que realmente consideramos como "útil", es aquello que nos permite avanzar. ¡Pues avancemos! ¡Aceptemos los hechos! ¡Seamos seguros!
Yo no quiero envidia y resentimiento, no estoy segura de poder conseguir una plenitud (cuánto menos, plenitud eterna). ¡Yo me quiero porque soy imperfecta! ¡Puedo mejorar! ¡Puedo cambiar, puedo actuar dentro de este devenir que fluye! ¡Viva la imperfección!

miércoles, 21 de mayo de 2014

Morfina

Olvidarte. Como se olvidan las hojas rojizas y quebradizas de los chopos en otoño, cayendo sin cesar en un húmedo suelo lleno de pisadas, de caminos rotos, de esperanzas que se encuentran en la deriva más incierta y sigilosa.
Alejarme de ti, de tu espectro fúnebre que me acompaña, de tu paraíso ardiente que no pide permiso y que, lentamente, se cala en mis raídas ropas, en mi aletargado corazón.
Perderme. Porque ya no busco ese ocaso perdido en la memoria, ese sueño que te desviste y acaricia tus armas que tanto me asombran, me fascinan; ese soñar tan sencillo, que me desvela el pálido color de tus poros, el sutil aroma que rige tu esencia plateada y recóndita, la suave y frágil envoltura que te da forma, te da vida.
Sólo deseo consumirme en estas brasas tan tuyas, en este derruir cada cimiento del túnel que me guía, que desdeña de la embriagadora presencia que mitiga y enloquece mi voraz y cantor espíritu.
Olvidarte. Porque en el olvido podré encontrarte. Porque el olvido, al final, es lo que jamás se olvida.


lunes, 19 de mayo de 2014

Tan libre de ataduras que mi alma no se encuentra

Que la vida es una relación de situaciones e individuos, y una constante influencia entre ellos que determina lo que son, puedo aceptarlo como una teoría muy coherente y que, actualmente, se corresponde con la realidad (o, al menos, con mi perspectiva de la realidad. Y con la de Ortega y Gasset, también).
Claro que si estudias los momentos aislados, pueden resultar tanto más satisfactorios (si has vivido alguna situación agradable), que el global de lo que se podría considerar tu "vida", tu "existencia", tu "circunstancia" más personal e íntima. Y sólo porque la actividad intelectual cambia, difiere. Los momentos aislados, las situaciones solas, olvidando todo lo pasado y lo futuro; se recuerdan, se visualizan, se relame el gusto a antiguo, se rememoran las emociones e ideas presentes. Cuando admiras el conjunto, en cambio, no recuerdas; pues, "el conjunto" no es algo que, en sí, se haya vivido. Cuando lo haces; proyectas tus deseos, racionalizas los momentos, buscas la causa y el efecto de las diferentes situaciones que se interrelacionan. Eso lleva al vacío, pues ninguna causa es última. De hecho, la búsqueda de la causa es tan sólo un síntoma de vacío.
¡Recordemos! ¡Vivamos para recordar!

lunes, 12 de mayo de 2014

Spinoza xddd no.

Que nunca clavarte una espinosa e hiriente astilla fue tan agradable, tan sobrecogedoramente necesario

Fly flying

Vuela latido acompasado, perdido caminante, olvido feroz y destructivo. Volad para descansar las penas, para calmar ese alma que agoniza y amenaza con romper a llorar trágicamente; en la esquina en la que los miedos se encuentran, en la oscura llama de la desesperación. Volad, pues alzar las plumas desafiantes al ocaso, proclamar ese libertinaje nato que en vuestra alma reside intacto; puede no tener sentido, pero llegará un momento en el no podréis hacerlo.

miércoles, 7 de mayo de 2014

Que alguien me quite los apuntes de filosofía

¿Por qué olvidas, Descartes, la sustancia emocional? ¿Ese ingrediente insano que te está impulsando a buscar desesperadamente conocimiento certero? Todos amamos desesperadamente, todos sentimos desesperadamente. ¿Dónde habría cabida para las emociones, dónde residen? ¿Acaso se podría demostrar nuestra existencia pero como seres emocionales? ¿Cómo demuestras que las emociones no existen? ¿Acaso las emociones proceden del pensamiento, del más puro razonamiento? ¿No podemos sentir sin pensar? ¿Son las ideas las que nos hacen impulsarnos? ¿Qué es anterior, la idea o la emoción? ¿Cómo podría entonces un animal no racional luchar por sobrevivir si no es mediante impulsos irracionales?
Además, Descartes, ¿Por qué el hecho de ser imperfectos por el hecho de estar dudando (por supuesto, ignorando la subjetividad de la afirmación de la duda y la ignorancia como características negativas)  nos tiene que llevar, necesariamente, a ser finitos? ¿Acaso un ser imperfecto no podría tener alguna cualidad buena? Y si has demostrado la existencia como ser pensante pero no la existencia de la sustancia extensa, ¿Por qué el pensamiento no podría ser infinito si aún la existencia de la sustancia extensa no está demostrada? Porque para que fuera demostrada antes tenías que demostrar la de Dios, pero si el pensamiento fuese infinito no podrías; y si no existe el mundo físico, tal vez no estemos encerrados en él y seamos infinitos, tal vez este mundo físico sí que es imaginación; pero claro, sin esto no podías demostrar la existencia de Dios, es lógico que lo des por hecho.
E incluso partiendo de que fuese cierto, y que somos finitos, una vez queda demostrada la sustancia extensa; ¿Qué nos lleva a pensar que la sustancia pensante y la sustancia extensa en los humanos queda dividida? Que demostraras antes la existencia del pensamiento no implica que éste necesariamente no requiera de otra realidad para existir una vez se ha demostrado el mundo físico; únicamente se puede probar su existencia sin necesidad de recurrir a lo físico porque es "evidente", pero eso no significa que tenga que ser independiente. Es más sencillo que recurrir a un dualismo infundado en la nada. Y si se intenta demostrar el dualismo diciendo que la sustancia pensante es anterior a la extensa, opino que el hecho de que se comience a demostrar la existencia de la realidad mediante el ser pensante no implica que éste sea anterior a la res extensa, sólo que la deducción comienza en ese punto, como si comenzáramos una ecuación en un punto que no fuese el inicial.

I swear I can touch something, maybe hope

La noche me desvela. La vigilia me envenena. El miedo se apodera, se enreda en mi lucidez subjetiva. Se adentra en mi feroz caminar, en el pulcro sonido de las sombras acechando, en el vagar sereno de mis pensamientos más recónditos. Cuando compartes algo, sea lo que sea, se hace más tangible, más real. Es la ilusión de los desesperanzados; la magia, la luz a través del mortal agujero que augura el cese de una oscura tormenta. Es el grácil vuelo hacia la eternidad, el presagio de encontrar algo más que incredulidad, inseguridad. Por eso, a veces, y sólo a veces, necesito contarle mis palabras al viento; por nada, por todo. A veces, y sólo a veces, te necesito aquí para contarte mis delirios prisioneros; para soñar contigo sobre nada, sobre todo.

jueves, 1 de mayo de 2014

Take me out tonight

¿Por qué no me arrancas las entrañas en un beso voraz? ¿Por qué no exhalar, expulsar; este impulso ahogado en el rincón solitario donde mi entereza se consume, donde mis anhelos se envenenan, se desmoronan en la hiel de mi obsesión?
Huyamos del vacío que nos gobierna, que nos rige y nos guía por la senda de la indiferencia. Obsérvalo, tan autoritario y autosuficiente; capaz de extraer la ilusión, de succionar la vitalidad, de apaciguar ésta nuestra alma libre.
Huyamos, porque ésta es la única huida lícita. El único escapar permitido.

domingo, 20 de abril de 2014

Error de concepto

Considerar el concepto "perfección" como "todo lo positivo" o "todo lo bueno" ya es, de por sí, un error; porque más que definir y aclarar su significado sólo se llega a otra idea tan indefinida e individual como lo es lo bueno, o lo positivo.

¿Cómo explicar con palabras que éstas pueden llevar a error sin caer en los errores de la filosofía del lenguaje?

jueves, 17 de abril de 2014

No me soporto estos días

Hay días en los que todo tiene cierta sensibilidad especial que rebasa lo absurdo. O tal vez sea mi imaginación, que pretende proyectar el revuelo insano que me corroe por dentro en el exterior. Hay días oscuros, días delicados, días en los que cada ápice de realidad es frágil y sutil; pero, por encima de todo, siempre serán días bellos. El camino que sigo parece trazado y carcomido, barca que me mece y me lleva en volandas hacia una deriva de ensueño. Porque siento que me adormezco. Porque de repente el devenir no parece tan sencillo. Porque, hay días, que simplemente están hechos para derrochar la pútrida alma que encajamos con tornillos afilados y lágrimas revenidas en nuestras entrañas, para más tarde reconstruir nuestros cimientos a orillas de una playa calma. Creo que hoy me apetece saltar al abismo y dejar la cuerda. Las cuerdas solo apresan, y hoy no estoy preparada para más objetivos.

jueves, 3 de abril de 2014

This "not believing in nothing" is gonna kill me, or not?

¿Cómo iba algo a encajar dentro de nosotros; cómo íbamos a sentirnos enteros, decididos, derrochando y expulsando determinación por cada recoveco de nuestra mente, por cada poro de nuestra piel; si mente e instinto provienen de dos orígenes diferentes? ¿Cómo podemos siquiera vislumbrar la posibilidad de sentirnos como agua y pez en el mundo, cuando el impulso de alargar la existencia puede, a veces, ir en contra de lo que la lógica pueda concluir? 
Qué absurdo, seríamos perfectos, cuando somos pura contradicción. Cuando es precisamente esa guerra entre ambas fuerzas, esa incertidumbre, y ese vacío lo que nos impulsa a buscar, encontrar, perder, adaptarse, y mantener el ciclo vital. 
¿Pero no es eso, al final, perfecto? ¿No estoy terminando en una ley general, una realidad común a todas las perspectivas? ¿No debería existir? ¿No somos entonces, todos, contradicción? ¿Hay, por necesidad de hallar excepciones, personas capaz de aunar el impulso vital con la razón? 

domingo, 16 de marzo de 2014

Lucha de contrarios [No me leas, demasiado caótico]

Hoy vuelve a ser una de esas noches de escapada hacia el intento de compresión. Este es uno de esos escritos con los que intento implantar un orden. Reconciliar la lógica con la fuerza interior que, hoy, ha dejado de rugir para sumirse en un intranquilo vaivén. Oprimir los instintos más naturales para conseguir sobrevivir e, incluso, tener éxito entre los de tu especie; eso te llevara a la estabilidad, ¿no? y a tener descendencia. Que, por si fuera poco, desahogarme entre este mar de palabras sin sentido, también sigue una de esas reglas que, como seres humanos, cumplimos sin dudar un solo instante: conseguir seguridad y placer. Perpetuar la existencia hasta el máximo posible. Gastar la vida y el último suspiro en mantener un hálito de existencia, contradictorio. ¿Y no se basa también en eso el querer ser especiales, distintos? ¿No será necesaria esa creencia, ese imperativo del alma que nos asegura que somos diferentes, únicos; para poder tener la suficiente entereza y confianza, y así aportar algo nuevo al mundo?
Es tan simple que duele, desgarra. Pero hay algo que falta, hay un dato, un trozo, una pieza que no encaja. No es todo tan sencillo, incluso a veces la mente y la razón se nos aparece como una mutación cruel, que nos lleva a la infelicidad. Esa libertad de pensamiento, esa autonomía para poder juzgar la justicia de la naturaleza, sin poder cambiar aquello que no nos parezca aceptable. Sigue siendo contradictorio. El ser nos otorga a Libertad pero nos amarra con ella en el ocaso. Condenados a observar la fuerza creadora y destructiva del propio universo, que baila junto con su amigo El Azar para asesinar. Condenador a juzgarlo, y a sufrir su falta de legitimidad, sin poder ni si quiera no inmiscuirte; pero, a su vez, sin poder adentrarte al máximo y cambiar la esencia de las cosas. Al fin y al cabo, es necesaria. Al fin y al cabo, implica estabilidad, seguridad, placer para tu persona, porque te da la vida. ¿No?

domingo, 9 de marzo de 2014

Continuará en profundidad...

Si todo lo que podemos crear,  pensar… todo lo que pretendidamente sale de nosotros, de nuestra razón; tiene que seguir las leyes de la lógica (pues nuestra mente, que es la que crea, está basada en ellas, en este principio de no-contradicción), y siendo estas leyes universales para todos… ¿no sería igual de lógico pensar que “la justicia”, concepto humano en toda regla, sigue la lógica y por tanto es universal? ¿Y no es aún más razonable pensar que, como para la lógica no hay distinciones y es humana, el único principio base, el único pilar, que sigue la justicia es la igualdad entre todos los seres humanos? ¿Qué una acción será justa siempre y cuanto se PARTA de las mismas condiciones y se LLEGUE a unas condiciones de misma igualdad? ¿Y que, si ha habido problemas en cuanto a la legitimidad de una acción, no será porque no se ha contado con la premisa de “empezar con las mismas condiciones” o, simplemente,  no se ha llegado a la igualdad de condiciones?



POR ESTO EL CAPITALISMO NO ES JUSTO. Este se basa en el principio de que todos tenemos las mismas posibilidades, pero, ¿acaso para crear una empresa, para dejar de trabajar para alguien a parte de para ti mismo, no se necesita un dinero que invertir? ¿Acaso no hay personas que, desde un principio, han partido de unas condiciones superiores a otros? ¿Por nada? ¿Sin dar nada a cambio que avalara esa condición? ¿Sin un esfuerzo previo?  



viernes, 7 de marzo de 2014

I should stop but I can't

Voy a desfallecer de tanta violencia. Voy a morir, me estoy suicidando mientras estoy reviviendo, mientras me siento aparecer. Los más absolutos placeres que desconozco me están perdiendo, me perturban. Es tan irreal y tan sobrecogedor. La sola percepción de la belleza y de lo absoluto, lo infinito, lo continuo que rodea y alcanza este universo, este ser (o no ser) que nos envuelve, puede ser capaz de sonsacar sensaciones y pensamientos tan irrevocablemente saciantes, que caigo irremediablemente en sentir la bondad, el altruismo, la empatía y la justicia como algo sin duda alguna posible. ¿Cómo no iba a serlo después de experimentar algo tan grandioso? ¿Cómo puede haber algo inasequible, inverosímil; después de algo de esta envergadura?



It's just another way of stopping listening to some kind of strange voice inside my head

Y es posible que me esté volviendo arrebatadamente loca. Que las voces en mi cabeza no sean esporádicas y espontáneas. Que la risa y el clamor de este bello vals que se desplaza por mi entereza no sea aislado.
Lo cierto es que no necesito nada más. Me estoy alejando, reconvirtiendo, reconstruyendo. Los cimientos encajan, siguen una dudosa y fascinante estrategia; me siento elevar, me siento distanciar, me siento encontrar, navegar. Innovación de lo absurdo, lo irracional me está acariciando. Me está sustrayendo un veneno mortal, ¿O tal vez me lo está inyectando? Maldigo todo momento pasado, presente y futuro que no esté dominado por esta potente y extasiante morfina. Quiero que me clave sus colmillos hasta perder la lucidez, la conciencia, hasta que mi alma se adormezca en esta ensoñación tan tenue. ¿Estaré huyendo?

jueves, 6 de marzo de 2014

Pero haré geometría analítica.

Necesito seguir derrochando esta sarta de palabras ininteligibles e inútiles. De la nada más real existente. De un corazón de mentira, que vuela hacia un ocaso adverso e irreconocible. Necesito seguir consumiéndome, anhelo seguir volando en esta incertidumbre que me tiene presa, en esta búsqueda de una belleza que sé que es subjetiva y que, como yo, ni es trascendente ni verdadera; pero es dolorosamente hermosa. Puedo vislumbrarla en cada recoveco de este lugar, mi mundo; en cada mirada, en cada deducción lógica, en cada nota que acaricia mis tímpanos y me revuelve las entrañas, en este hambre feroz que ruge salir, que pide libertad, que ansía poder escapar de este cuerpo imperfecto y pútrido. Que todo es irremediablemente dudoso, y que eso lo hace tan frágil, tan sutil, que me siento soñando en este mar que me envía a una deriva incierta. Que ahora lo único que quiero es correr. Que ahora lo único que escucho es mi voz ronca gritando, y nunca pareció tan dulce. Que ahora lo único que siento es mi alma sangrándote en estas huecas palabras, viento. 

domingo, 2 de marzo de 2014

Nevertheless

Aquí en la oscuridad la carga siempre es más soportable. Tiene más sitios donde esconderse sin ser vista. Puede escapar, volar, fingir que no existe, que es posible desaparecer sin dejar rastro. Aquí en la oscuridad el miedo y la tristeza parecen algo intangible, ilusorio e irreal. Algo infundado por un humano cansado, algo creado sin ninguna lógica. La culpabilidad se deshace, adelgaza, y muere de inanición. En la oscuridad los pensamientos pueden descargarse, vomitar todo lo insano, lo putrefacto, lo podrido. La mente puede volver a ser un refugio. Sólo por unos instantes. Aquí, no tengo que enfrentarme a nada, puedo dejar fluir mi cobardía sin precedente, sin que con ello arrastre un inmundo, doloroso y desgarrador arrepentimiento. La luz empieza a surgir, los miedos vuelven a adentrarse en lo más profundo de mi ser; mi esencia vuelve a aparecer intacta, irrompible e impenetrable. Ahora toca mirarse al espejo. 

miércoles, 26 de febrero de 2014

"Manuscrito encontrado en el olvido"

Llamar "Vida" al tiempo en el que estás muriendo, cuán ilusoria crueldad.

martes, 18 de febrero de 2014

De poca envergadura

¿Y qué más da lo que hagamos si al final, al ir más allá, al rozar la causa suprema, nos percatamos de que no somos importantes? Por la sencilla razón de que somos prescindibles. Nos necesitamos los unos a los otros. Nos afectan nuestras propias decisiones, aunque no nos atañan directamente, sólo por el hecho de pertenecer y compartir el mismo origen, la misma especie. En última instancia, somos inmiscuidos, englobados y abarcados por nuestra trayectoria común. Cada fallo lo sentimos como nuestro, incluso es posible percibir decepción cuando erra alguien ajeno, si cabe, a tu cultura. Pero, ¿acaso eso es realmente trascendente? ¿Qué somos aquí nosotros, que necesitamos el contacto y calor de la sociabilización, para merecer convertirnos en algo sustancial? Parece que hubiese algo más alto que la razón, más profundo que el alma y el pensamiento, a lo que atribuirle el cobrar importancia. ¿Por qué sentiría sino la irrelevancia inherente al ser humano cuando realmente hay una relación constante e imborrable entre nuestros deseos y preocupaciones? ¿Cual es el criterio para atribuir la cualidad de trascendencia? ¿Se requiere acaso de un ser al que afectar para destacar como ente real? Y siendo yo de naturaleza poco significativa, ¿Por qué soy capaz de llegar a este razonamiento?


domingo, 16 de febrero de 2014

Supones demasiado, me suelen decir.

Esta entrada va a ser un poco diferente, supongo que por eso no avisaré a nadie de que ha sido escrita. Si ya, ¿Si no quiero que la lean por qué la escribo aquí? No es que no quiera que sea conocida, más bien me da igual. Ya está escrita en papel, pero este blog sigue siendo de alguna forma demasiado especial como para no poner conclusiones tan importantes para mí. Lo intento, pero no puedo. Además, me gustaría que esto mostrara todos los puntos de inflexión que he dado, doy y daré en un futuro, por pequeña que sea la desviación. Manías, qué le voy a hacer.
Cada derrota que sufres te hace estar más cerca del triunfo. O no, ¿y si no existe el triunfo? ¿Y si ese objetivo último, que une todas las metas cotidianas, el por qué, la causa de todas tus acciones, no fuera real? ¿Y si fuera producto de la imaginación humana, que une todos los rasgos perfectos que percibe para crear la "superperfección", la "superfelicidad", el "superhombre"? (Sí, Nietzsche y Kant, maldita filosofía y Sebastián (en realidad no sé que voy a hacer el año que viene sin la maldita asignatura))
Lo cierto es que hay muchas personas con sus vidas totalmente planificadas en el mundo. Curiosamente son vidas muy parecidas, todos quieren tener hijos; un trabajo estable y confortable (solo me salía como adjetivo "rewarding", que miedo); encontrar el amor, una persona que, aún siguiendo un ritmo de vida similar al tuyo, te sorprenda cada día, le de un punto de impredecibilidad(soy de las que piensan que buscamos a aquellos que tengan los mismos intereses a nosotros)... En fin, lo llaman vida exitosa. Yo realmente en parte los envidio. En serio, aunque esto parezca una queja a la monotonía del pensamiento humano, o al condicionamiento social en el pensamiento individual, lo cierto es que el tener eso tan claro les hace estar seguro de si mismos, y, al menos en apariencia, ser completamente felices. No sé si será una máscara, una mentira que se hacen incluso a si mismos y con la que pueden vivir apaciblemente, sin plantearse algo más; pero viven cómodamente. Claro, seguir el camino trazado es muy sencillo. Pero mi pregunta es cómo pueden seguir y vivir tantos años sin sucumbir a plantearse si realmente es eso lo que quieren hacer. Y si lo hacen, cómo pueden a volver al momento a estar tranquilos y a caminar por el mismo sendero.
Pero, ¿y si realmente es lo que quieren hacer? ¿por qué a mí no me basta? cabe la posibilidad de que ellos sí que hayan elegido ese camino, sí que les apacigüe el alma, sí que les haga completamente felices, por decirlo de una manera; y yo, y todos los "perdidos" que tenemos esta incertidumbre, simplemente se deba a que no tenemos claro qué tipo de vida queremos vivir. Algunos tienen la suerte de que les ha tocado vivir en el lugar donde ese "tipo-de-vida" es la impuesta, y a otros, por razones desconocidas, necesitan algo diferente. Al fin y al cabo, todos somos distintos.
Si esto fuera cierto, realmente me haría tener esperanza. Porque, aunque aún no sepa qué es lo que quiero y necesito para estar plena (y no digo feliz porque ese término es... no sé, demasiado abstracto hasta para mí, a veces ya me siento feliz aunque no plena), puede que poco a poco me vaya acercando a ello.
Pensándolo mucho, creo que la clave está en hacer justo lo que sientes que tienes que hacer en el momento en el que tienes que hacerlo. Por poner un ejemplo, ahora mismo lo que me gustaría estar haciendo es conociendo otros modos de vivir. Y con eso no me refiero a irme a Francia o a Londres donde, ya, sé que tienen diferentes costumbres; sino a un cambio radical, una nueva forma de ver y de concebir el mundo, de comportarse ante las mismas (o distintas) situaciones. También quiero ser médico e ir a ayudar a gente que realmente lo necesita, no solo porque crea que la empatía es la solución a los problemas sociales, políticos y económicos de hoy en día (que también), sino porque de alguna forma quiero saber lo que se siente ante esa manera de actuar (Ya, os permito llamarme egoísta o ególatra). Vivir cuanto más experiencias diferentes te puede dar muchas perspectivas que te pueden, a su vez, ayudar a saber cómo quieres pasar el resto de tu vida, asentarte. O no hacerlo, lo importante es saber QUÉ es lo que quieres hacer. Supongo que el problema es que simplemente no tengo ni idea de qué es a lo que quiero dedicar mi vida y punto. Tampoco hay trascendencia mayor.
Y es justo ahí a donde quiero llegar, y a lo que le he estado dando vueltas durante toda esta entrada que nadie va a leer por pesada (si has llegado aquí, un aplauso pa' ti y pa' tu paciencia). Todo lo que planteamos lo hacemos para encontrar esa forma de vivir idónea que, no solo te va a ayudar a llenar ese vacío existencial que se encuentra dentro de ti, sino que encima esa plenitud sabes que va a hacer de ti una persona mucho más útil, que pueda aportar muchas más cosas (¿Qué puede dar alguien que no sabe nada? Es como dar felicidad cuando estás muerto por dentro). Al menos, en mi caso. El problema es que nunca he podido hacer lo que siento que tengo que hacer en ese momento. Si lo hiciéramos, tal vez no encontráramos lo que buscamos, pero vamos descartando, aprendiendo, encontrándonos y, en definitiva, estando más cerca del objetivo final. Y, ¿por qué no? disfrutando de esas experiencias que se nos permite vivir (aunque eso es algo que se debería, en mi opinión, hacer siempre, bajo cualquier situación, pero eso es otro tema). Soy demasiado caótica. Anyway, no sé si esto será también algo impuesto socialmente (maldita sea, también quiero estudiar psicología aksjdhfaskdhfdf), pero es lo que siento. No es solo lo que pienso y opino, es algo que siento como mío; como que realmente estoy de acuerdo, pero de corazón. Incluso aunque no exista esa felicidad y plenitud del "objetivo final", lo cierto es que el simple hecho de hacer realidad esos sueños, incluso aunque luego me percate de que no son mis verdaderos deseos, ya en sí me hace un poquito más plena. Tal vez simplemente se trate de eso, y ese es el objetivo final. Ya lo descubriré viviendo.

BTW, dejo la canción con la que he escrito esto. Lo piensas y no tiene tampoco nada especial la primera vez que la escuchas, pero tiene algo enigmático que no sé lo que es. Supongo que es simplemente música.

miércoles, 22 de enero de 2014

Magia

Podemos ser capaces de escribir cualquier cosa, dejar volar la imaginación hasta límites insospechados. Llegar al recoveco más profundo de lo imposible, y trazarlo hasta que incluso parezca armonioso y lógico. Crear sentido en el desastre; razón en la vileza, la proeza, el sentir. Pero aún en mi vida, que no podría nombrarse como larga, cierto es; mis ojos no han sido testigos de una descripción certera de un sentimiento. Y a veces, en la penumbra, donde todo parece advertirse diferente, mientras trato de buscarle una definición, porque es lo que solemos hacer con toda cosa existente, acabo sintiéndome dichosa. No se podrá nunca explicar la necesidad, la angustia, el hambre insana de una mirada, la magia de esa oleada de calor intermitente en el corazón, que bombea y mece las entrañas. Pero, realmente, tampoco hace falta.