Vivir sin sentir sería un sin sentido

"Sé el cambio que quieres ver en el mundo"


Pequeñas pinceladas literarias de rápido consumo


martes, 26 de septiembre de 2017

Hedor oscuro

Un hedor oscuro
que se nutre de los sueños
vendrá a visitarme mañana
un hedor conocido
me visitó cuando perdí la esperanza
cuando perdí el camino
el sur
aquella tarde sin tu mirada
cuando dejé mis olas
y amanecí entre humo
y cuerpos sin alma
y almas sin brillo

me visitó cuando no era yo
a quién visitaba
pero a mí se asemejaba
vestía mis ropajes y
como yo respiraba
pero en el mundo no hallaba
un lugar para el tiempo
como un ente frágil
veía pasar el mundo
lento
e irreal
sin encontrar cabida propia
solo cadenas
y un mundo sordo
quizá conceptual

Un hedor oscuro
vendrá a visitarme mañana
y como amiga se presentará
y me dará las respuestas
que nunca quise
pero necesité
y me curará las preguntas
y las cadenas
que con empeño forjé
la muerte me dará la mano
con sus flores frías y negras
y entonces entenderé cómo
y por qué

miércoles, 20 de septiembre de 2017

Espejo en el tiempo

Seguimos siendo esclavos
del tiempo que nos rodea,
del presente,
siempre entre nosotros
a cuestas.
Quién seré yo
sin el que al lado me sonríe
y despeja,
acaso no seremos el mismo
si compartimos el viento,
las mismas calles
y aceras.
Paseo de gracia entre bostezos:
las mañanas húmedas,
los angostos parajes,
los mensajes de texto;
el libro olvidado, el verso;
y la misma angustia
de que no existo sin aquello,
de que no soy nada
salvo espejo.

Domingos

¿No creéis
que amamos demasiado poco
y queremos muy deprisa?

lunes, 11 de septiembre de 2017

Que estoy cansada de mí
que no me aguanto más
que me pesan mucho los miedos
que se me escapan
se acumulan
por no saber advertirlos
que intento ser un compás
y me quedo en la aguja
que no sé vivir sin salir de la cueva
pero tengo una más sólida
que me envuelve
y de la que no escapo:
yo misma
que me derrito entre llamas
y entre piernas de ensueño
por no aceptar mi hielo
que soy capaz de clavarme cuchillos
de beberme mi sangre
y de lamerme luego la herida
vacía
pero soy incapaz de aceptar
la pérdida
que no me ordeno porque quizá
eso significa verme mejor
más nítida
que quiero y quiero y quiero a rabiar
pero no confío en nadie
y en todo
que estoy llena de quizás
y eso a veces me vale
que no llego hasta el final
porque no quiero respuestas
quiero preguntas
por no aceptar que no sé encontrarlas
que quiero creerme arte
porque si no sí que no sé explicar
este cosmos que en mí arde

Princesa rota

Esa sucia estampa
de niña rica de bar,
de princesa rota
bajo las luces de coral
de la calle y su pelaje.

Esa sucia muchacha
de ojos claros y tristes,
de lamentos de copas
y perfumes tristes,
y tabaco de liar;
y esquinas angostas,
y recuerdos torcidos
entre herrumbre y soledad.

Que no sabe escribir,
que no sabe gritar;
que se dejó olvidada la vida
en la memoria del mar,
que se intentó coser
las lágrimas del suelo,
pero dime cómo se cose
siendo solo aguja
y cristal.

Dime cómo se canta ya
si no se sabe de música,
dime cómo se llora
si regaló su río
a su musa;
que perdió su ser,
que se dejó vencer ,
que ya no quiere ser quién es,
o no sabe
o no lo recuerda;
escuálida y frágil
cree que su único velcro
son los labios ajenos,
las manos suaves,
los besos.

Pero como quien busca
un pez en el agua,
arena en el desierto;
ella solo conoce la sed
sin aliento,
solo encuentra
los hilos a medias,
los puños cerrados,
los ojos de hastío,
y las heridas abiertas;
cree que se abraza
entre hombros de paja,
y caricias de viento;
porque ella al final
solo
es
tórrido
hielo,
y no hay nada más
que sus ojos negros
reflejados en los tuyos
de acero.

La gran diferencia es que los tuyos son vacíos
y los suyos son miedos.

viernes, 1 de septiembre de 2017

Silencio

Te elegí a tí porque entendías mi silencio
porque no hacía falta explicarte
una mirada basta
y ya estaba desnuda
y tú radiante
con el torso en llamas y la mirada tosca
y sabia
de aquel que entiende en verso
pero sin palabras
del que escribe su alma con un beso
y del que traduce a sílabas
todas los besos que ardieron
Te elegí porque tienes la memoria llena de gestos
de llantos imperfectos
de colores, de sonidos
de cada súplica y aliento
Te elegí porque creo que no hay forma de arte
más real que tu silencio