Vivir sin sentir sería un sin sentido

"Sé el cambio que quieres ver en el mundo"


Pequeñas pinceladas literarias de rápido consumo


sábado, 2 de febrero de 2013

Tan sólo se trata decir lo que quieres que oigan

Un temblor espontáneo y continuo le sorprendió al cruzar la calle. Un hedor putrefacto vagaba por las calles de una Barcelona sumida en el más profundo silencio. Los rostros ensombrecidos de una población ruda y fría se clavaban en su corazón asemejando al dolor de una daga en llamas. Realmente creía comprenderlo, era bastante sencillo. Sus manos, viejas y arrugadas, mostrando el trabajo de una larga vida de sufrimiento. Sus labios, magullados, agrietados e incoloros; parecía que se desvanecerían si dejaba de mirarlos. Sus ojos, inexpresivos y penetrantes, un pozo sin fondo que escondía la más oscura de las pesadillas. Todos cargaban con el peor de los equipajes, uno pesado y cargante, la vida. Ahora, después de todo, parecía entenderlo. Realmente creía comprenderlo, tantos años de entrenamiento y psicoanálisis no podían haber sido en vano. Lo irónico es que todo ese dolor era causado por ellos mismos. Una raza condenada al fracaso no por la selección natural sino por ellos mismos. Suicidas, podría decirse. Y es que no hay forma más cruel y despiadada de matar que la falta de esperanza. Ver como se construyen fachadas en vez de corazones. Ver como se construyen palabras en vez de besos. Ver como se construyen billetes en vez de pensamientos. Y lo peor de todo, ver como la ilusión por cambiarlo se desvanecía. Al fin consiguió comprenderlo.