Soy,
o eso creo.
Soy con todo lo que ves y lo que siento;
con la culpa en la espalda,
la nariz roja del frío,
y mil miradas sinceras
que no escarmientan mientras vivo.
No me da miedo el mundo
y su terrible desesperanza,
no me apacigua el vacío
ni el desaliento;
seguiré siendo yo,
aunque todo me diga que pare,
que me rinda a la resignación
y a las cadenas.
No me da miedo que no sirva,
No me da miedo que se olvide
todo el esfuerzo;
por ser real, por la lucha
como el rayo de luz más certero.
No me da miedo ser,
me da miedo vivir y saber que no he sido
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