El mundo me conoció contigo
Y ahora le miro avergonzada
Con las manos desnudas
Y los ojos vacíos
Con el cuerpo lleno de escombros
de Ceniza amarga
Y el alma en llamas
Y el recuerdo de tu rostro
En mi corazón se acongoja
Y late inevitable
Mientras me pregunto qué pecado cometí
Para no quererte cuando debía
Para no quererte como supe
Con todo el fuego febril y eterno
Que ahora esconde tu nombre
Y tu mirada en el tiempo
Precioso
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