Vivir sin sentir sería un sin sentido

"Sé el cambio que quieres ver en el mundo"


Pequeñas pinceladas literarias de rápido consumo


jueves, 27 de noviembre de 2014

Día de vigilia, tal vez de jazz.

Podría aclararte todas las dudas que mi semblante produce, que mi risa ronca y mis lágrimas amables hacen resurgir en tu alma. Tal vez podría contarte que todo es un poco absurdo, y que incluso la más nimia sensación de ahogo o de liberación (¡O cualquier sensación sin más!) se vuelven regocijantes ante unos pensamientos convulsos sobre ellas mismas. Porque todo es muy neutro, porque todo sigue su trance, su pedregoso curso.
El vaivén resulta curioso aún cuando no es razonable. Es en ese límite en el que el ensueño se torna en una realidad tangible y definible. Curiosa nuestra mente, ¿Cómo lo que nos otorga la capacidad para asombrarnos ante lo más sencillo puede aguardar ese profundo amargor en la lengua a hastío?
Sorpresa, ¿Dónde estarás escondida? ¿Tan difícil es abrazar sin demora al pensamiento, a la lógica?
Y al final tenía, paradójicamente, sentido. Si la vida eran instantes, ¿por qué la emoción de la razón no iba a ser, también, efímera?

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