Vivir sin sentir sería un sin sentido

"Sé el cambio que quieres ver en el mundo"


Pequeñas pinceladas literarias de rápido consumo


miércoles, 8 de julio de 2015

Fresas

Sólo estamos (y nos sentimos) solos, en el instante en el que nos autoabandonamos. En el momento en el que nos desintegramos y dejamos de abrazarnos, para sustituirnos por sombras.
No importa que aquellas manos amigas decidiesen desprenderse de las tuyas, olvidar tu piel, borrar de sus lunares tus huellas dactilares.
De alguna forma, tú siempre eres tu compañero. Desde el momento en el que clavado de dolor te realzaste consciente, y comenzaste a compartir la bebida con tu soledad, incluso a transmitiros calor de forma recíproca.
Sin embargo, cuando tú mismo dejas de devolverle la mirada al abismo de tu alma; cuando sigues y sigues sin retorno, sin plantear si es el camino idóneo porque temes la respuesta. Olvidas tus marcas y tus cicatrices se abren, y ya ni si quiera eres capaz de posar en ti la mirada y comenzar un autoanálisis de sanación; el miedo bloquea tu cura. Ese avanzar de la misma manera, cuando sólo cambia el andar de tu soledad, que poco a poco gira en sentido contrario para decirte adiós y pellizcarte con su ausencia de grietas en el cielo.
Entonces... entonces, amigo, sí que veras calles vacías, risas sin sonido y melodías desordenadas.


1 comentario:

  1. ¿la vida, cuándo fue de veras nuestra?
    ¿cuándo somos de veras lo que somos?
    bien mirado no somos, nunca somos
    a solas sino vértigo y vacío,
    muecas en el espejo, horror y vómito
    nunca la vida es nuestra, es de los otros,
    la vida no es de nadie, todos somos
    la vida -pan de sol para los unos,
    los otros todos que nosotros somos-
    soy otro cuando soy, los actos míos
    son mas míos si son también de todos,
    para que pueda ser he de ser de otro,
    salir de mí, buscarme entre los otros,
    los otros que no son si yo no existo,
    los otros que me dan plena existencia.
    no soy, no hay yo, siempre somos nosotros,
    la vida es otra, siempre allá más lejos,
    fuera de ti, de mí, siempre horizonte,
    la vida que nos desvive y enajena,
    que nos inventa un rostro y lo desgasta
    hambre de ser, oh muerte, pan de todos
    (...)
    Octavio Paz. Piedra de Sol.

    ResponderEliminar