Vivir sin sentir sería un sin sentido

"Sé el cambio que quieres ver en el mundo"


Pequeñas pinceladas literarias de rápido consumo


miércoles, 15 de julio de 2015

Medicine



Medicina. En cualquiera de sus múltiples formas y concepciones, siempre la he visto como un vínculo. Una manera de unir esas sensaciones e ideas que surgen de entre diferentes circunstancias, emergiendo; y la práctica tangible, el resultado inmediato y físico ante un estímulo determinado. Un modo de conseguir trascribir, de dejar translucir tus emociones, tus impulsos de bondad, el orden en (y hacia) el que crees que debería caminar el mundo; hacia la utilidad más clara, hacia lograr canalizar un problema concreto, y encontrar resultados visibles a tus expectativas.
Muchos creen que el médico no puede entender, e incluso no puede vivir la enfermedad como un paciente. Y no digo que no sea cierto, pero ese deje negativo y hasta frío de la visión objetiva del médico no me parece verdadero. Al menos, no en todos (de hecho, lo espero). Al igual que el paciente siente la patología como algo muy propio cuyo dolor solo él y su soledad podrían advertir, no creo que sea sencillo entender ese significado que oculta el simple hecho de curar. Ese matiz de lograr objetivos, de arreglar situaciones, que muchas veces olvidamos, y que enterramos entre mantos de resignación; es como si se desintegrara en la consulta. Como si fuésemos capaces de llegar a metas finales, aunque sea en casos concretos.

2 comentarios:

  1. Creo que un paciente realmente se cura cuando tanto el cómo el médico tras haber pasado por la enfermedad son capaces de superarla. La relación con un médico debe ser cómo la de un guía.

    No queremos que sea una voz distante que nos saque del oscuro bosque sonando tan sólo como un eco; que en las noches oscuras y de silencios de roto nos deje solo con nuestras pesadillas. Haciendo que llegue un punto en el que da igual lo que diga la voz, la hemos callado como al resto de monstruos que creemos nos acechan.

    Tampoco queremos que el médico nos lleve a caballito con los ojos tapados y contándonos cuentos infantiles. Porque puede que llegue el momento que un despiste escuchemos sin que el lo sepa un gruñido en la distancia, asustándonos dejándonos de este modo inseguros y recelosos. Queriendo con todas nuestras fuerzas quitarnos esa venda, tanto que al final enrojecemos nuestros propios ojos.

    El médico debe acompañarnos poco a poco, apartando ciertas ramas del camino, dejando que tropecemos con otras. Que nos agarre de la mano en los tramos con mayor bruma, que nos deje correr un poco en los llanos. Que su bata sea la capa de mago que nos haga sentir seguros por las noches, que su sonrisa sea mejor magia que cualquiera de sus pociones.

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  2. La visión de Marta es perfecta para psiquiatría, ¿pero en otros campos cómo la extrapolas?
    Aquél que te hace la revisión de próstata o mama rutinarias, aquél que visitas tan solo para asegurarte de que tu catarro no va a más de eso, incluso cualquier cirujano... como paciente qué puedes esperar más que cumplan su función sin error'

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