Vivir sin sentir sería un sin sentido

"Sé el cambio que quieres ver en el mundo"


Pequeñas pinceladas literarias de rápido consumo


lunes, 29 de diciembre de 2014

Levantarse no es igual a estar quieto.

Y dicen que el tiempo viaja lentamente, profuso ante una vida que se va consumiendo a su paso, que se apaga cuando deja su aroma atrás. Y se siente culpable cuando al alzar sus brazos al cielo, las flores se marchitan grises, y su dulce melodía se para cuando él ni si quiera es capaz de derrochar la fuerza en darles cuerda. A menudo la risa irónica inunda sus párpados de lágrimas sarcásticas, ¿Cómo soportar la arrogancia de unos ojos que no saben ver? ¿Cómo admirar la fuerza de unos brazos que nunca han necesitado luchar? ¿Cómo romperse, cómo si quiera comprender que alguien pudiera convertirse en polvo, en una montaña de trozos desmembrados, en la oscuridad que sólo otorga la desesperanza; cuando nunca se ha sufrido?
La fuerza no puede ser inherente, no debe ser connatural. La valía debe adquirirse, y no hay nada de una belleza tan singular como aquel que resurge de la debilidad, que siendo apedreado por la vereda que vamos dejando atrás a cada paso, se alza prominente y triunfante ante un futuro incierto.
Y la ironía de los ojos del tiempo no era infundada, pues no había nada tan paradójico como ser virtuoso cuando no se ha necesitado serlo; ser estable, estar entero, cuando nunca nada ha desequilibrado la balanza. Que si la vida es pedregoso camino, seamos escudo.
Viento, tú sé mi escudo, yo seré seno de lágrimas.

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