Agujeros negros cubiertos de unos recuerdos que nos delimitan y determinan. Errantes pozos sin fondo que absorben y son conscientes de que podrían no dejar de hacerlo, que con cada estela que los conforma podrían crear un mundo único y singular.
Y así somos, y así nos vamos formando. Voy guardando cada mariposa que surge voladora de las sonrisas que se desperdigan, cada destello que el sol infunde en tus lágrimas cristalinas; y nunca me lleno, y nunca me sacio.
Y nunca diréis que me canso, porque la fuerza que acumulamos estallará, formando con nuestros pedazos una estrella blanca sin igual.
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