Tan mágico y enfermizo, maravilloso y febril, inverosímil y acongojado; como un sentimiento que no necesita ser violento y cegador para tener tales características. Es fuerte e indestructible, de un acero inoxidable que ayuda a ponerle cerrojo a esta cajita de cristal que es tu imperturbable amor. No necesita ser un sanguinario asesino y mutilarme, no requiere de una pasión trémula y tan inhibidora que duele; es único y sencillo con sólo su aparición. Es suave y cálido, mullido como un blanco algodón que las nubes recelasen y envidiasen. Es un encantamiento que acaricia, y por primera vez no necesito ser derrotada, no quiero hundirme en el océano salvaje de mi espíritu. Por primera vez, solo quiero flotar.
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