Yo defiendo el dolor, no el sufrimiento; entendiendo
sufrimiento como la disposición a permanecer con una situación desagradable (el
dolor es desagradable) sin intentar mejorar, sin intentar evitarlo. El dolor es
lícito y necesario siempre y cuando te lleve a valorar aún más la vida. El
sufrimiento es el ahogamiento de la fuerza vital, y el arrastrarlo supone el
estrangulamiento de la propia emoción, del propio dolor; proporcionando un
hastío que consume hasta al más fuerte de los mortales.
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