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Pequeñas pinceladas literarias de rápido consumo


martes, 9 de junio de 2015

Spinoza: sobre la felicidad

Hace relativamente poco leí un análisis sobre la teoría de la felicidad de Spinoza. No esperaba menos de un filósofo que le otorga tanta importancia a la razón, a la conciencia de causa. Su construcción filosófica, en cuanto a su parte antropológica y psicológica es bastante indestructible; gran parte gracias al orden riguroso que sus argumentos van describiendo. Aún así, hay ciertas partes que me gustaría matizar como opinión personal. ¿Que probablemente me equivoque? Es filosofía, el error es subjetivo (como todo, me atrevería a decir). ¿Que no deberíais hacerme caso al no tener el título de filósofa (o al menos filóloga, antropóloga, psicóloga...)? Tal vez, eso os dejo a vosotros que lo juzguéis. ¡Que despierte el espíritu crítico!

En primer lugar, y desde una visión completamente no-dualista del ser humano; tengo que decir que su crítica a éste me parece excesivamente simple. Entiendo querer vincular el alma y el cuerpo mediante una influencia recíproca y hacia el mismo sentido de ambos. Quiero decir, comprendo que considere una prueba que lo que resulta en positivo para la mente lo acabará siendo para el cuerpo y viceversa, y por eso son la misma realidad. Eso, en general, ya de por sí, me parece discutible. Se puede no alimentar, por ejemplo, el crecimiento intelectual y tener un físico muy labrado. O lo contrario, pasar incluso a la desnutrición por tener más tiempo para alimentar el ansia de conocimiento.
Pero olvidando y dejando un poco esto a parte; no es cierto que, el sencillo hecho de que dos elementos se entrelacen en mutua influencia, implique que ambos sean la misma realidad. Un ejemplo algo poético: un beso hace que el movimiento de unos labios vayan al compás del movimiento de otros labios ajenos. Se provocan cambios simultáneos y en la misma dirección en dos realidades completamente distintas. Y por esto mismo, me parece un argumento insuficiente.
En cualquier caso, encontramos que el alma es un ámbito de fe al fin y al cabo, lo único que nos quedan son críticas destructivas del tipo de "No hay cabida para el alma en el universo, ¿Dónde está ese mundo de las ideas?" O sencillamente "¿Acaso puedes demostrar la existencia del alma?" Sin duda, aún más ingenuo. ¿Puedes demostrar la existencia del cuerpo? Pero eso es ya otro tema.

Para continuar, una de las soluciones que mejor trata de plasmar Spinoza para evitar el descontrol emocional que supone la tristeza, y las consecuencias fatales cuando alberga en nuestro espíritu; es ser consciente de la causa de nuestras emociones. Algo me produce tristeza, y por eso lo odio; si sé por qué me produce tristeza, y por tanto por qué lo odio; ya no tendrá tanta fuerza ese odio iracundo que comenzaba a hervir en nuestras entrañas. De nuevo me parece demasiado simple. A veces saber la causa de nuestros actos sólo hace que desarrollemos una inseguridad ante nuestras capacidades, ante nuestro control de las situaciones. Nos percatamos de que hay ciertos elementos en la existencia que, al menos, nos cuesta conseguir que nos influyan negativamente. Además, existe ese mágico "poder de la costumbre", y es que una vez sueles llevar como hábito, no sólo un modo de actuar, sino incluso una forma de sentir algo, de tratar a una persona, de pensar de una manera determinada... es relativamente complejo cambiarlo, por muy bien que sepamos la causa de lo que acontece.
Si bien es cierto que conocer los por qués nos ayuda a encontrar los cómo, no es cierto que sea imprescindible ni que conlleve directamente al éxito.
Prefiero llamarlo esfuerzo, prefiero llamarlo voluntad, prefiero llamarlo re-educación. Porque es incluso ingenuo pensar que a veces la causa será única, o que será algo que esté en nuestras manos moldear.

Algo que me resultó curioso, fue la gran sencillez con la que desenvuelve e intenta desgranar las emociones primerizas, las de los primeros estadíos de vida. Si bien estoy de acuerdo en que siempre pretendemos potenciarnos y alzarnos hacia lo más alto (a veces ni si quiera sabemos la causa, lo que lo considero una prueba mayor de su innatismo); tal vez resumir que lo que nos produce alegría vamos a amarlo, y lo que nos produce tristeza y dolor vamos a odiarlo es demasiado reduccionista. ¿Acaso no hay objetos que pueden satisfacer unos anhelos y otros no? ¿Esa tristeza y alegría simultáneas lo convierten en objetos neutros? ¿O es cuestión de preferencias y de grados (nos produce más tristeza que alegría, o la alegría que nos produce nos parece más importante que la tristeza que se adviene). Podría considerarse que el niño no tiene capacidad para sentir dos emociones a la vez ante lo mismo, que esa preferencia emerge sola; y directamente siente tristeza (por ejemplo) porque lo que se le suprime es más importante que lo que se le otorga. ¡No lo sé! aún así creo que algo tan sistemático en los seres humanos siempre lleva a error. Y de ahí resurge mi conclusión.

Y así, como algo que sin decir nada en concreto dice demasiado sobre lo que nos rodea, me gustaría concluir que en el mundo lo sistemático siempre falla. Los sistemas lógicos sin ningún error no tienen ningún tipo de vinculación con la vida real, nada más que con la satisfacción de aquel que lo construye, más preocupado en conseguir que nada incoherente cruce sus ideas, que de pretendidamente mirar hacia su alrededor, donde las incógnitas y las contradicciones vuelan en el aire, casi tan abudantes como el oxígeno que respiramos.
Me queda la pregunta final: ¿Y tú, que piensas?

9 comentarios:

  1. Creo que has explicado, en parte, las ventajas de la literatura sobre la filosofía. Sé que me he ido del tema un poco, porque no conozco demasiado a Spinoza y no me atrevo a criticarle, pero por lo que has explicado parece que le ha sucedido lo que a otros filósofos les pasó al tratar de abarcar demasiado (lo cual es muy sano y está muy bien, pero es un poco iluso). Siendo algo tan complejo como la condición humana, con sus emociones contradictorias, sus instintos y sus razones, la bella y terrible paradoja; creo, y esto es una opinión, que una novela o un poema buscan algo mucho más plausible que la filosofía: conmover y no convencer. Para llegar a contemplar un poco en qué consiste nuestro cuerpo y nuestra mente (si es que existen, claro), es mejor camino identificarse con otras emociones, con otros personajes, con otros pensamientos, y así, a lo mejor, de casualidad, conocernos mejor a nosotros mismos. El camino de conmover es el de "mover conmigo" en contraposición al "vencer conmigo" que sería convencer. Si tratamos de hacer conocimiento sobre algo tan difícil como la felicidad, creo que la perspectiva del arte y la literatura es el que lleva más ventaja, al tocarnos con lo que nosotros mismos sentimos y pensamos sin irse a mundos deontológicos tan complicados, que por muy acertados que sean, parecen estar lejos de nosotros mismos. Es lo mismo que dices tú sobre lo general y lo concreto, lo sistemático y lo real, has encontrado uno de los grandes problemas de la filosofía. ¡Enhorabuena!

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    1. ¿Qué somos sin contradicción? Ya lo decía Heráclito, ¡La lucha de contrarios! ESE es el verdadero motor del ser humano. Mi pregunta ahora es: ¿Por qué se nos otorga este órgano, este método de conocimiento tan riguroso y tan extremadamente ordenado, que se basa en una lógica exhaustiva; cuando en realidad la vida y el ser humano son pura incoherencia? ¿Cuando la verdadera coherencia surge de la mezcla de lo diferente?
      A lo mejor sí que hay fallos en la razón, tal vez la creación no sea perfecta. ¿Podría considerarse una prueba de la no-existencia de Dios?
      ¡Ay! Cuando quieras me encantaría discutirlo por algo que no fueran simples comentarios escritos desde unas simples teclas de un simple ordenador :)

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    2. Una criatura que habla10 de junio de 2015, 15:25

      No estoy muy de acuerdo con Alberto. Será porque me llamo igual y hay contradicción y lucha de contrarios de esa que decís jejeje
      En fin, el asunto es que no podemos partir de que el mundo sea coherente ni de que no lo sea, porque no lo sabemos. Lo que sí sabemos es que nuestra manera de pensar se crea conforme a cómo funciona el mundo a un nivel perceptible y diario. La lógica no es innata en nuestro cerebro, se va formando poco a poco durante los primeros años hasta que a los seis tenemos algo parecido a un sistema formal que nos permite organizar, jerarquizar, incluir, etc. Sin embargo, el proceso tiene que ir en ese sentido: del entorno a nuestro interior, y ahí dentro se procesa. Si lo hacemos al revés, lo que estamos haciendo es inventarnos un posible molde de funcionamiento del mundo que sesga nuestra visión de este, forzándole a entrar en unas rejillas demasiado estrechas. Le pasó también a Kant. Aplicaban lo que yo llamo la estética física, que pretende que todos los postulados queden simétricos, simples, elegantes, organizados, etc.
      Es un problema gordo, porque sin lógica no podemos entender el mundo, pero la lógica la tenemos que extraer del mundo y no al revés.

      Por otro lado, creo (y estoy tratando de demostrarlo experimentalmente) que la organización esta de la que hablamos proviene de una necesidad evolutiva de control. Tener controlado el medio nos da una seguridad vital, ya que nos permite saber que podremos sobrevivir en él. La seguridad y el miedo son instintos básicos de supervivencia evolutiva. Tener control sobre algo, por tanto, es algo muy innato e instintivo, que, al nivel en el que nos manejamos los humanos día a día se ve transformado en la organización: la necesidad de controlar mis horarios, la necesidad de controlar mis pertenencias, mis contactos, etc. A un nivel más abstracto, lo que hicieron muchos filósofos es tratar de controlar el mundo mediante el pensamiento. Y creo que aquí está claro que no me refiero a un control material o un control de poder político, sino el control que otorga la seguridad de saber en qué consiste el mundo en el que vivo.

      Para terminar, con lo que estoy realmente en desacuerdo del comentario de mi tocayo es en que el arte intenta conmover y la filosofía intenta convencer. Depende una y mil veces del autor. Hablo de música, que conozco más que de literatura y de filosofía: hay muchos compositores actuales, como Lachenmann, que opinan que el arte es provocación, otros, como Lazkano o Torá, que opinan que el arte es ofrenda. En ambos casos hablan del arte como una obra hacia los otros. Otros compositores del XX opinaban que se trataba más bien de una exploración, y ahí tenemos a la segunda escuela de Viena y a los de los 50. Los románticos sin embargo creían en el arte como expresión de sentimientos (algo que ha perdurado de manera muy deformada en la cultura popular por cierto). Hablando ya de literatura, la EULIPO es una gran muestra de que el arte ni es expresión ni es para los otros ni es por conmover ni por convencer ni por nada...
      Yo siempre digo que los literatos son filósofos que le dan más importancia a la forma que al fondo (y ahí tenemos como ejemplo a Machado yendo a París a estudiar con el gran filósofo francés del momento, Bergson).
      Con todo esto quiero decir que igual que estamos criticando a Spinoza por forzar demasiado la realidad y meterla en sus esquemas, decir que el arte conmueve y que la filosofía convence no es más que otro juego de palabras de estos que Wittgenstein desmontó. Realmente, el arte y la filosofía tienen una cosa en común: ambos buscan la verdad. Por caminos distintos, pero buscan la verdad. Y eso es algo que aún nos cuesta aceptar, que el arte busque la verdad y no solo se dedique a expresar o conmover... Pero las exploraciones de los artistas así lo muestran.

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    3. Creo que no estamos tan en desacuerdo, tocayo. Tienes razón en casi todo lo que dices pero tendrías que aceptar que al artista le da un poco más igual la verdad que a un filósofo. No quiero decir que el artista no sea ambicioso, que quiera provocar, que quiera sentir, que quiera embellecer lo feo y destrozar lo bello, pero a un artista no le importa un comino la objetividad ni busca hacer teorías sobre algo, en un principio. Por supuesto, como todo, son juegos de palabras (el de conmover y convencer me parecía bello, por eso me lo he permitido), y puede que un artista sea además de eso filósofo, como Sartre o en mi opinión, Saramago, pero partiendo de las limitaciones de nuestro lenguaje, me parece que la literatura y el arte tienen la ventaja del sujeto sobre el objeto, aunque esta ventaja sea a su vez una limitación... Espero haberme hecho entender...

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  2. Creo que no hay una razón para todo. Estamos obsesionados con la verdad de las cosas (Nietzsche) y no podemos entender que a veces no haya razón de ser. Nuestra lógica también nos limita. Es una buena prueba de la no-existencia de Dios, pero las hay a millones jajajaja. Citando lo del oxígeno que dices, el simple hecho de tener que respirar constantemente para poder vivir, por ejemplo, es un poco prueba de que no existe. ¿Por qué no buscó una creación menos dependiente del aire?¿Por qué somos tan frágiles? Si Dios existe, es un inútil =). Encantado de hablar, cuando quieras

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    1. La misma criatura12 de junio de 2015, 8:32

      Creo que me dejé por responder algo jejejeje
      Qué manía con insultar al pobre Dios. Para empezar, estás asumiendo un Dios católico omnipotente y omnicreador. Puede haber mil variedades de Dios, nadie te dice que llegó y puso él todas las reglas del universo. De existir un Dios, cosa que no sé, no tiene por qué ser un inútil, desde luego, simplemente es complejo y quizás incomprensible. No me gusta que se desprecie a algo que lleva tantos siglos en las culturas de todo el mundo. Por mucho que después de Nietzsche haya habido una especie de epidemia ateísta progresista, no creo que tengamos la necesidad de andar menospreciando un elemento cultural tan profundo y potente.

      Todas las pruebas de la no-existencia de Dios son relativas, igual que las pruebas de su existencia. ¿O es que crees que los creyentes son tontos o algo así los pobres? No creo que haya pruebas de la existencia o de la no-existencia de algo divino, y si las hay, no son a un nivel tan simple como "tenemos una lógica que nos limita" o "dependemos del oxígeno". ¿Quién te ha dicho que esas limitaciones sean negativas o perjudiciales? ¿Por qué el tener limitaciones nos hace imperfectos? ¿Y a qué llamas fragilidad? Nuestra querida Alis nos podrá explicar mejor que yo las maravillas de nuestro sistema inmunológico, por no hablar del sistema nervioso y de la brutalidad que conlleva. Pero aún así no creo que la existencia o la no-existencia se pueda encontrar viendo y evaluando su supuesta obra. Quizás haya que empatizar más con las miles de maneras de entender la espiritualidad que hay y ha habido en el mundo, que van mucho más lejos que tratar de demostrar la existencia de "algo más allá"...

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    2. Veo que has sido especialmente vehemente conmigo. Siento haber ofendido a la religión, aunque ellos también han tratado de imponer su perspectiva sobre los demás toda la vida. Siento no haber sido tan tolerante. Al ser bioquímico me cuesta mucho desde el punto de vista lógico creer que hay un Dios, y esto es un debate muy largo. Por ponerte un ejemplo, el oxígeno es un elemento químico muy tóxico que genera estrés oxidativo, superóxidos y puede ser uno de los causantes de la vejez, con lo que depender de él es una paradoja extraña y muy poética. No dudo de que la vida sea algo maravilloso, yo estoy enamorado de mi ciencia que se dedica a su estudio, pero creo que es mejorable en algunos sentidos, y eso te lo puede decir mucha gente, no lo considero soberbia. Por supuesto soy escéptico y agnóstico y no puedo aventurarme a asegurar la no existencia de Dios.
      Aun así, me gustaría pensar que son posibles otros tipos de espiritualidad que no tengan que ver con dioses, espiritualidades más humanas que muchas veces han sido predicadas por algunos filósofos y profetas, que tengan que ver con el bien de la humanidad. La fe es algo que nunca va a desaparecer porque nunca van a a desaparecer los enigmas, y es bonita, pero creo que es mi obligación rechazar a un Dios omnipotente o a un Dios superior a su raza, porque aparte de carecer de lógica es horrible

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    3. Criatura respondedora15 de junio de 2015, 13:59

      No pretendía desde luego ser "especialmente vehemente". Pido perdón si he molestado.

      Bien, creo que más o menos hemos llegado a un acuerdo, que es para mí el objetivo de un buen debate. Podría aceptar que al artista le da un poco más igual la verdad que a un filósofo si se pudiera generalizar algo respecto a los artistas jejeje La afirmación es válida para artistas populares tipo poperos, rockeros, escritores de best sellers y arte en general para el gran público (cuyo arte está en el límite de la propia definición de arte, pero eso es otra discusión). Pero creo que la mayoría de los artistas más "profundos" (es la mejor palabra que he encontrado después de años haciendo y hablando de arte) cogen los materiales artísticos de la misma manera que el filósofo coge el pensamiento, y exploran con ellos la verdad, buscando, experimentando, a su manera. Es muy cierto que no es extrapolable a todos, pero sí a muchos de los grandes. No he entendido la "ventaja del sujeto sobre el objeto", perdóname. El sujeto artista suele andar bastante condicionado por el objeto artístico. En casos como John Cage o Boulez a niveles extremos a veces.

      Respecto a lo divino... Es natural que la religión trate de imponerse. Imagínate que un día te das cuenta de que has descubierto una explicación completa para entender el universo entero, y que esa explicación es bella y posible y puedes interaccionar con ella. Necesitas contárselo a todo el mundo, quieres que llegue a todos el mensaje, que todos puedan disfrutar de eso, de sentir lo que tú, de vivir lo que tú. La religión es muy bella en ese sentido. Y desde fuera, puede parecernos o bien inocente, como un niño que se fascina con que ha llegado el Ratoncito Pérez, o bien acosadora, porque no respeta la libertad de pensamiento de los otros. Pero tratemos de ser empáticos, se entienden mucho mejor las cosas ^^ La religión y la ciencia aún no las veo incompatibles. Para mí, me parece que es como decir que la filosofía y la ciencia son incompatibles. Son complementarias en todo caso. Formas distintas de ver el mundo, de entender la realidad, de sentir lo que nos rodea, de explicar la verdad. Conocía la paradoja del oxígeno. Ese tipo de cosas son las mismas en las que se apoyan los creyentes para destacar la belleza de la Creación jejeje Yo también estoy enamorado de mi ciencia, la psicología, al igual que estoy enamorado de muchas ciencias y filosofías y al igual que en su día lo estuve de la religión. Es algo maravilloso, como bien dices.
      Apoyo por completo los otros tipos de espiritualidad, y creo en la necesidad de expandirlos y de enseñar meditación como parte de la educación integral de los sujetos para que tengan un desarrollo más completo y real, así como incluir en el currículum más filosofía y más arte, además de competencias específicas para el desarrollo social y emocional, además del autoconocimiento.
      Tampoco entiendo la "obligación" de rechazar a Dios. No es tan horrible si empatizas, puede ser hasta bello, y en algunos casos, salvífico. El saber que hay algo por encima que hace que todo tenga sentido deja respirar tranquilo ante las inconsistencias constantes de la vida.

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    4. Incluso los grandes artistas no pretenden alcanzar la verdad universal, sólo su verdad, su perspectiva de la verdad. Es otro enfoque de lo mismo si quieres, un enfoque desde el sujeto de la frase.

      Con lo de Dios: Dios no es verdad, es sólo un consuelo de los creyentes para no tener que afrontar esas inconsistencias. Lo fácil es creer en un Dios, y no buscar las causas de esas inconsistencias... Sólo puedo aceptar una religión cuando se parte desde la fe. Si es que sientes a Dios, adelante con ello, yo no lo siento... La religión o la fe son necesarias para complementar las partes del paisaje que no vemos de la verdad. Yo pienso lo mismo, al igual que el arte también es necesario, y la filosofía, y todas las ciencias. Todo son distintas perspectivas de una verdad que puede que no sea correcta, por otro lado. Y como se necesita a todas, yo me siento más cómodo en el arte, donde la verdad no importa tantísimo, y lo que importa más son los personajes que tratan de alcanzarla.

      Por cierto, estos debates son geniales, siento un hormigueo en el estómago brutal...

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