Vivir sin sentir sería un sin sentido

"Sé el cambio que quieres ver en el mundo"


Pequeñas pinceladas literarias de rápido consumo


jueves, 1 de enero de 2015

El camino es tu pelo revuelto al amanecer (rescatando viejos recuerdos de viejos cuadernos).

Arrancando calendarios y abriendo las cortinas. Arrancándote besos, y abriendo las puertas de un alma menos marchita. Ahora recojo la mesa de camilla; el sol de mis pupilas ya arde en mi interior, ya descongela mis manos rajadas y frías. El crujido mis pies ya no es del gélido invierno, sino del trecho de madera que hay hasta tu cama (la nuestra), que recorro en brazos de esta nueva esperanza que me embriaga y me sorprende, que me alucina y en mí misma me desenvuelve.
Ahora mi saliva sólo tiene el regusto a limón que dejan tus infusiones, y a la miel de tus mullidos labios al despertar. Despertar de un sueño hacia un ensueño, vivo y muero al mismo tiempo en una pesadilla que ya se hizo irreal.
Sólo me queda explicarte que mi definición de vida ha cambiado. Me queda el apartado más difícil antes del punto final: hacerte entender que mis ojos se cierran porque no los necesito para ver; hacerte comprender que el sentido del tacto se queda en mis dedos rozando la línea prominente de tu espalda, sólo por verte suspirar.

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