Me has preguntado qué veo en tus miradas y qué escondes entre parpadeos. Me has preguntado si me das miedo, si huiría ante tanto vaivén y tanta luz a pellizcos.
Me encanta tu forma de ser tan ambigua, tus sombras brillantes y tus oscuros rayos. Me fascina esa manera que tienes de combinar todo lo que tocas, de encontrarle la música a la rutina, y de bailar por calles desiertas.
Me puede ese toque de diablesa que guardas, esa picardía con la que arañas y tejes tu tela, y la sinvergonzonería que te hace tan natural y espontánea. Me cuesta entenderte porque pareces un báculo de situaciones que nunca cesa, un remolino y sinfín de estallidos, explosiones ardientes.
A veces juro que me pierdo entre la sabiduría de tus labios, entre palabras que dibujan y esconden tantos mundos. Otros en cambio me quedo anonado y no comprendo cómo puedes deslizarte tan inocente y pulcra, tan niña ilusionada, dejando las palabras y creando tú los mundos.
Ya no sé si corres o caminas, si estás paralizada o no puedo advertirte en la bruma tan veloz que dejas a tu paso. Tan cálida y tan fría, a veces estás y otras ya no sé qué piel tengo que arrancarme para que aparezcas.
Tienes un laberinto en cada pelo, guardas emoción en cada poro y sin embargo hay un vacío que apuñala entre tus pestañas. Tienes un corazón en cada pupila y un cristal en cada diente.
Te desenvuelves en tu cinismo como un pájaro herido que ríe divertido. Cuanto más claro hablas, más dudas te agarran; y en cambio es cuando más metáforas derrochas, cuando más comprendes las estrellas que se adhieren a tus talones.
Tu calma y tu ira suelen hacerse el amor cada mañana. Eres un tren descarrilado, y en cada vagón me apaciguas y me exaltas. Quieres ayudar pero estás sin aliento. Quieres proteger a la humanidad pero no confías. Das la mano dando tu sombra, porque te encanta ver la esperanza que algún día de ti huyó.
Y sin embargo de reojo a veces me parece percibir esa sonrisilla traviesa, ese brillo que huele a universo y sabe a ilusión.
No te comprendo, y sé que jamás lograré hacerlo.
Pero eres de esas que no hace falta que las entiendas,
Estás hecha para vivirte.
Ay, me llegó al corazón. Me encantó.
ResponderEliminar¡Muchas gracias!
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