Escapemos
de las raíces del hastío,
de los alambres de una certidumbre errática, fija;
e inamovible.
Vamos a huir de flores y sueños
atrapados en imágenes y olvidos,
en la memoria que se alimenta del anhelo
y la desesperanza.
Que no cunda el pánico,
y el desaliento;
estamos aquí,
con dos manos llenas de rajas,
y dos ojos llenos de espíritus,
y dos lágrimas llenas de fuerza;
para vencer la muerte gris
que acecha en los acertijos,
que abandonamos en la pesadumbre.
Que no decaiga el humor
ni gane el pesar
observando el crepúsculo.
estamos llenos de vida
y sólo miramos el caer de la hoja;
estamos llenos de vida
que no la conquiste la sombra.
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