Vivir sin sentir sería un sin sentido

"Sé el cambio que quieres ver en el mundo"


Pequeñas pinceladas literarias de rápido consumo


martes, 12 de enero de 2016

Nada más

Y cuántas cenas de navidad, cuánto oro pagado en roces, cuántas labios habrán sellado tus párpados.
Cuántos infinitos habrás probado, y vellos y suspiros te habrán regalado. Cuántas tierras de nadie habrás llegado a conquistar.
Cuántos sueños arropados.
Y mientras yo aquí jugando al juego del azar, perdiendo más copas que no me quedan, y más trajes para desvestirme en tus rincones.
Y juro que no es la primera vez que cerrar los ojos me hace vislumbrar el camino (que casualmente sigue el trazo de ese rizo rebelde que cae en el abismo entre tus ojos), pero tu fuerza se ríe del olvido mientras no sólo despoja mis harapos, sino mis pesadillas.
Y ha habido otros sentidos dulces y desiguales, tartas con guinda de regalo y paseos de madrugada para conquistar los parques (y darle envidia a las estrellas); pero cómo se derriten ante la ternura de lo nuevo, y cómo borran el cielo para dibujar conmigo (y contigo) una nueva estela de galaxias.

Y mientras yo, sin pausa para recordar el recuerdo, beber de lo prohibido; me encuentro con tus manos usadas y con planetas que desconozco entre tus dientes.
Y comprendo que ni tus ojos se retuercen por bañar mi silueta, y que si lo hicieran, sería completamente reemplazable.
Y entonces te vuelvo a sentir, y se me rompen los esquemas. Y detrás me rompo yo.

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